Alberto Marcos con la camiseta del Huesca. FOTO futbolplus.com
Alberto Marcos con la camiseta del Huesca. FOTO futbolplus.com
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Fútbol  |  Real Valladolid

Adivina quien viene a cenar esta noche

12 de Enero de 2011

Guillermo Sanz


Los colores de la camiseta que defienden son blaugranas, el escudo por el que luchan es el del Huesca, pero el corazón de Alberto Marcos está envuelto con cintas blancas y violetas. El gran capitán no olvida las quince temporadas que corrió la línea de cal de Zorrilla, pero el sábado deberá hacer un nudo a sus sentimientos y luchar para que los oscenses logren sacar algo positivo de Zorrilla. El madrileño ha sido un fijo en los onces iniciales de Onésimo Sánchez, que ha contado con su veteranía siempre que las condiciones físicas se lo han permitido. 


No es la primera ocasión que el zurdo se deja ver por la zona mixta de Zorrilla desde que el pasado agosto enjugara sus lágrimas en una de las despedidas más emotivas que se recuerdan en la ciudad. El bombo de la Copa del Rey fue caprichoso y decidió que Marcos volviera a su casa para ver desde la grada cómo el equipo de sus amores sufría para apear del torneo del KO a su nuevo club. En los prolegómenos del encuentro se le reconoció, de una manera más silenciosa de lo que su trayectoria se merecía, su aportación al Real Valladolid con la entrega de la insignia del club. El sábado Marcos sí que se atará las botas, sí que se subirá las medias y sí que se enfundará una casaca con la que aún se siente extraño. 


Desde la banda otro de los hombres de la casa, Onésimo Sánchez, buscará que el Valladolid pierda el único enfrentamiento en el que espera que los blanquivioletas no se alcen con la victoria. Eso sí, el entrenador llega a su ciudad mandando un mensaje a los jugadores del cuadro castellano: "Los jugadores deberían de salir enrabietados si son profesionales. Deberían ir a por todo, porque al jugador le gusta ganar y no verse en una situación mala", declara.



Viejos amigos, nuevos enemigos

 

Los reencuentros se le están atragantando al Real Valladolid esta temporada. Si alguien esperaba que la memoria de los exjugadores del club pucelano pudiera nublar su mente estaba equivocado. El primer escollo se encontró en la jornada 6. Un Albacete en hora bajas, en el que De la Cuesta, Sousa y Antonio López presumían de titularidad, se enfrentaba a un Valladolid que ya comenzaba a muestras síntomas de debilidad. La sorpresa saltó en el feudo pucelano y los manchegos lograron llevarse para casa los primeros puntos que volaban de Zorrilla. La siguiente jornada llevaba a los hombres de Gómez hasta Ponferrada, donde esperaba Luis Prieto. Al igual que Marcos, el central vasco no pudo jugar, pero vio desde el palco de el Toralín cómo el Valladolid volvía a dejar puntos por el camino. 

 

El siguiente derbi regional trajo a la Unión Deportiva Salamanca a la capital castellano y leonesa. Si bien es cierto que Javi Guerra anotó un gol que valía 3 puntos, también lo es que Kike López, canterano del Real Valladolid cedido en el conjunto charro, provocó más dolores de cabeza a la defensa pucelana de los que ha creado el africano Keita en los minutos disfrutados.

 

Con una delantera de atacantes exblanquivioletas formada por Víctor y Toché se presentó el Cartagena de Juan Ignacio Martínez en Zorrilla. Los murcianos profanaron el templo vallisoletano y el gol de Toni Moral sentenció a Antonio Gómez. 

 

Ya con Abel en el banquillo la dinámica derrotista ante antiguos amigos del club pucelano no se rompió. Sesma se fue por la puerta de atrás, pero dando un portazo y clamando contra la presidencia. Ahora en el Córdoba el canario se frotó las manos con los tres puntos que los verdiblancos pescaron en la piscina que la lluvia construyó en El Arcángel.

 

El último en volver al campo vallisoletano ha sido el camerunés Kome. El atacante africano fue aplaudido cuando pisó el césped en la segunda mitad y con él en el campo el Tenerife sacó petroleo en un partido que parecía perdido para los insulares. Una vez más una visita incomoda para el Real Valladolid. El sábado se verá si el equipo dirigido por Abel Resino logra romper con "el gafe de los ex".