Jaime, desolado tras recibir el cuarto gol del Betis. FOTO: LFP
Jaime, desolado tras recibir el cuarto gol del Betis. FOTO: LFP
Jaime, desolado tras recibir el cuarto gol del Betis. FOTO: LFP
Rueda cae sobre Rukavina al intentar luchar por un balón.  FOTO: LFP
Rubén Castro pelea una pelota con Mitrovic.  FOTO: LFP
Jaime sale de puños para despejar el peligro sobre la meta pucelana.  FOTO: LFP
Fútbol  |  Real Valladolid

4-3: Vértigo en la montaña rusa

11 de Mayo de 2014
Escrito por
Guillermo Sanz

Una buena película o una buena cena siempre guarda lo mejor para el final. El Real Valladolid deberá esperar hasta la última jornada de Liga para saber qué papel de Sonrisas y Lágrimas le toca interpretar ante el Granada. 





Si alguien saliera de una burbuja, y viera el partido del Benito Villamarín aislado de una Liga de psiquiátrico como la que ha caído este año en España, pensaría que los dos equipos luchaban por el mismo objetivo. El Real Valladolid salió en el grado máximo de bravura, dispuesto a morder cuanto antes mejor. Fue Guerra el que puso la primera marcha cuando la gente aún estaba acomodándose en el feudo verdiblanco. Aún no se había cumplido el minuto uno cuando el malagueño puso la cabeza para mandar al fondo de las redes un centro de Rukavina.





Con cabeza o de cabeza, el Real Valladolid necesitaba pescar en el Nervión, pero la ley del fútbol se cebó con el conjunto pucelano, que seis minutos después vio cómo Peña se convertía en el peor enemigo de Jaime, rematando en su propia portería un centro de Salva Sevilla que el lateral pugnaba con Braian Rodríguez. La montaña rusa había arrancado y el primer viaje dejó mareado al conjunto de JIM, que pocos minutos después se secaba el sudor de la frente, cuando el asistente hilaba fino para anular un tanto de Braian Rodríguez que tuvo una celebración interruptus. El uruguayo telegrafió un tiro de aviso a la zaga vallisoletana. 





El vagón blanco y violeta estaba en el momento de la subida cuando Jeffren hizo todo bien dentro del área bética. Regateó a todos los bolos, incluido Adán, pero un inoportuno defensa creció de la hierba para evitar el 1-2, que salió, ya en la segunda parte,  de las mismas botas. El balón despegó del pie del venezolano en dirección al segundo palo, donde esperaba Valiente para asistir de cabeza a Peña, que hizo lo propio con la suya. La carambola de billar volvía a poner los puntos en la tronera pucelana.





La revolución en el Villamarín fue sofocada por Jorge Molina tres minutos después. La alegría dura poco en casa del Real Valladolid, que no supo tomar nota del gol anulado a Braian Rodríguez en la primera parte y tropezó en la misma piedra. Una jugada calcada, balón picado desde fuera del área por Rubén Castro y remate de Jorge Molina para devolver la igualada (2-2). 





La locura se hacía dueña del partido. Rubén Castro lanzaba un balón al larguero y a renglón seguido Larsson puso un párrafo más a la declaración de intenciones pucelanas. El nórdico buscó a Adán y le encontró. El ex del Real Madrid derribó al jugador blanquivioleta, llevándose de recuerdo una tarjeta y un fuerte impacto en la cara que le obligaría a ser sustituido veinte minutos después. Desde los once metros, Guerra apuntó su izquierda y Adán en dirección contraria, una bifurcación en la que el Real Valladolid pareció haber tomado el camino a Primera (2-3). 





El equipo de JIM no supo mandar a dormir a un partido que estaba en su cuna. La verticalidad parecía un buen arma para dar el tiro de gracia al Betis, que renunció a cerrar espacios para hilvanar fino sus ataques. Así llegó de nuevo el empate a Sevilla. Rubén Castro recibió entre una telaraña de piernas un balón de Chica que empaló, dejando a Jaime con pocas más opciones que la de ser espectador de platea. El atacante no lo celebró. No están los humos para fiestas en la ciudad hispalense. Aún así, el Betis se vino arriba mientras el Valladolid intentaba sacar jugo a un ataque con Guerra y Osorio. 





Más delanteros no significan más goles. Osorio no fue el salvador. El colombiano tenía atrofiado el instinto animal. Primero no supo establecer conexión con Guerra cuando los dos se citaban a solas con Adán y después tiró a las manos del guardameta bético un lanzamiento en el que los dos estaban solos en el mundo. 





El empate sabía a poco, pero a toro pasado lo habría firmado JIM. El partido entró en los minutos de propina cuando el vértigo se adueñó del equipo pucelano. Juanfran Moreno se puso un guante en el pie y lanzó desde su casa una falta que sorprendió a todos, incluido Jaime, que intentó, sin fortuna, que la soga volviera al cuello de su equipo (4-3). 





No hubo tiempo para más. El Benito Villamarín no fue el mismo escenario mágico donde el Real Valladolid consiguió la permanencia en la 2008/2009. Las caras de los jugadores tras el pitido final del árbitro lo decían todo. La visita a Sevilla deja a los aficionados pucelanos poniendo pilas nuevas a la calculadora, a la radio y al marcapasos, porque el conjunto blanquivioleta se jugará su continuidad en Primera en casa, ante el Granada, el próximo fin de semana en un partido de infarto. 





FICHA TÉCNICA: 





4.- REAL BETIS: Adán (Pedro López, min. 84), Chica, Juan Carlos (Cedrik , min. 70), Perquis, Paulao, Salva Sevilla, Matilla, Lolo Reyes (Juanfran, min. 70), Braian Rodríguez, Jorge Molina y Rubén Castro.    





3.- REAL VALLADOLID: Jaime, Rukavina, Peña, Valiente (Víctor Pérez, min. 83), Mitrovic, Rubio, Larsson (Osorio, min.65), Bergdich, Rossi, Jeffrén (Rueda, min.61) y Javi Guerra. 





Goles: 1-0, Guerra (Min. 1); 1-1, Peña p.p (Min.6); 1-2, Peña (Min.51); 2-2, Jorge Molina (Min.54), 2-3, Guerra, p. (Min. 59); 3-3, Rubén Castro (Min. 76); 4-3, Juanfran (Min. 91). 





Incidencias: Partido correspondiente a la trigésimo séptima jornada de la Liga BBVA, celebrado en el estadio Benito Villamarín de Sevilla ante, 10.000 espectadores.