Los jugadores celebran el tercer gol de Jorge Alonso. FOTOS Jonathan González
Los jugadores celebran el tercer gol de Jorge Alonso. FOTOS Jonathan González
Los jugadores celebran el tercer gol de Jorge Alonso. FOTOS Jonathan González
Guilherme intenta marcharse de un contrario
Fútbol  |  Crónica Real Valladolid - Celta de Vigo

3-2: Una victoria guerrera

15 de Noviembre de 2010

La película, pasados pocos minutos desde el arranque, parecía que sería la misma de los últimos partidos ligueros disputados en el Nuevo Estadio José Zorrilla. Un equipo que gana con solvencia en el marcador pero que su fútbol deja mucho que desear. Podía haber ocurrido con otro rival, pero al Celta le entraron los goles, no como a las dos ‘uniones’. Salamanca y Las Palmas, que en su día se fueron de vacío. 
Si no hay sorpresa jugará Raúl Navas, pensaban muchos. Pero la hubo. No se conformó Gómez con dejar a César Arzo fuera de la convocatoria. Javi Baraja actuó de central por primera vez esta temporada y Calle, para los que dudaban, le acompañó en ataque. El míster le perdonó al delantero la ‘panenka’, pero su actuación no le valió el indulto de Zorrilla.

Arranque con premio

Con sólo cuatro minutos disputados, y sin haber pasado de la divisoria de los dos terrenos, el Real Valladolid se adelantó en el marcador. Un balón le cayó a Nauzet en el vértice derecho del área celeste, y el canario fusiló con una colocación inmejorable a Falcón. Voló el portero rival, pero sin éxito. 1-0 y tempranera ventaja.

Calle tuvo en sus botas encarrilar el encuentro en la siguiente jugada. Un centro desde la parte derecha le llegó al segundo palo con Falcón batido, pero se atragantó de balón y no remató con eficacia. Segundos después, el propio Calle cometió una falta peligrosa, aunque escorada, cuando Álex López se internaba en el área. Tarjeta amarilla para el espigado punta. La estrategia de Paco Herrera a punto estuvo de sorprender a la zaga local, pero el disparo de Roberto Lago lo despejó Jesús Rueda con la cabeza.

Minutos de ‘plastilina’

El Celta se estiraba, Jordi y Baraja sufrían, y llegó el empate. Miranda Torres, el colegiado del encuentro, no  señaló una falta clarísima a Javi Guerra en el centro del campo y su fallo provocó una contra letal. Con medio Valladolid protestando, Trashorras sorprendió a Jacobo desde fuera del área. El guardameta vallisoletano pudo hacer más, pero se le ablandaron las manos fruto de la lluvia y de la dificultad para atrapar el esférico. Entró llorando, pero entró. 1-1.

El equipo se volvió a mostrar débil tras la igualada. Jacobo no aportaba seguridad. Se le escapaban balones que le llegaban mansos a su portería y la grada se inquietaba. Tanto, que pasó de silbar una de esas acciones a aplaudir una sencilla parada con cierto recochineo. Entre tanto, De Lucas aprovechó la zozobra pucelana. Regateó con preocupante facilidad a Jordi y entre las piernas se la coló al portero del Real Valladolid.1-2. Castigo merecido y descanso con música de viento por parte del respetable.

El sistema sí se toca

A la vuelta del asueto, la caraja seguía en el juego del Real Valladolid. Corría el minuto 55 de partido y  Bustos y López Garai habían superado de manera preocupante a Rueda y Rubio en la dirección y posesión de la pelota. Gómez volvió a hacer la apuesta que no funcionó en el Teresa Rivero. Optó por dar entrada a Jorge Alonso y retirar a Calle. La mayoría en el centro del campo fue clave en el devenir del encuentro. El Valladolid mejoró las sensaciones y comenzó a imponer su ritmo. Se pidió mano, que hubiera sido penalti, en un centro de Nauzet desde la parte derecha. Miranda Torres se desentendió.
Con la grada volcada y el equipo a tumba abierta, Guerra consiguió empatar  en el minuto 65. Un desmarque propio de su nivel y una definición impecable metieron a los pucelanos en la lucha por llevarse el partido. 2-2.

El Celta se empeña en perder

Michu entró por Álex López para compensar los tres centrocampistas blanquivioleta. Los vigueses se desconcentraron y tiraron todo el trabajo por la borda. Primero Roberto Lago se fue antes de tiempo al vestuario por doble amarilla. Posiblemente rigurosa la segunda, una entrada a Sisi que podía haber pasado impune. Con el ambiente caldeado, el celtiña Joan Tomás simuló una inexistente agresión y los 22 jugadores se enzarzaron en una tangana. Los platos rotos los pagaron Hugo Mallo y Pedro López. Roja directa para los dos.

Cuando parecía que el reparto de puntos era inevitable, Javi Guerra se negó. En el descuento, creó en una jugada por la banda derecha más peligro que los extremos en todo el partido y sacó un perfecto centro que le llegó a Jorge Alonso al borde del área pequeña. El salmantino definió con clase y los tres puntos se quedaron en casa.3-2. En Zorrilla, el duende aparece aunque sea sobre la bocina.