Guerra celebra el segundo de los goles del Valladolid. FOTOS Photogenic
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Fútbol  |  Play off: Real Valladolid-Córdoba

3-0: La llama de Primera sigue viva

10 de Junio de 2012
Escrito por
Antonio Aragón
El envite tuvo dos caras. El bloque andaluz dominó en el primer tiempo fruto de su desgaste en la presión y su ímpetu batallador que cercenó las acometidas locales. En el segundo, las tornas cambiaron para regocijo de la parroquia blanquivioleta y una vez el conjunto de Djukic disipó sus dudas. Logró tres goles y un pase a la siguiente fase por la puerta grande.

El ambiente era colosal en los prolegómenos. La hinchada estaba entonada desde antes de que se decretase el comienzo de este trascendental choque y las gradas proyectaban un colorido sin igual para una tarde que se presumía mítica. Entonces, el balón, con puntualidad británica, echó a rodar.

La declaración de intenciones de uno y otro se escribió incluso antes de que comenzase el choque. Presionar y asfixiar. Acogotar la salida del oponente para mantener el esférico lo más lejos posible del propio área.

De este modo, la pugna en el medio del campo en los instantes iniciales resultó frenética, con imprecisiones de las que salía beneficiado, casi siempre, un Córdoba dispuesto a morder con sus afilados colmillos.

Primero fue Charles en el minuto dos. Su disparo raso y mordido se perdió por la línea de fondo. Ocasión a la que replicó el Real Valladolid con un disparo de Víctor Pérez desde la frontal tras una serie de rechazos dentro del área.

Pero el Córdoba estaba más brioso y atinado en las transiciones que el Real Valladolid, que no encontraba, a pesar de que buscaba la fórmula, la manera de saltar la trufada presión califal. No tejía como en él es habitual y el Córdoba se hallaba cómodo a la hora de manejar el balón.

Dani Hernández se vio forzado a abandonar su área para cortar un par de pases en profundidad así como a estirarse en algún disparo lejano. Mientras, el bagaje ofensivo de los blanquivioleta, en los momentos posteriores, se redujo a un balón interior de Peña para Sisi que este remachó mientras se caía ante la salida de Javi García sin que el esférico encontrase los tres palos.

El Real Valladolid estaba embotellado y nervioso. El balón le quemaba en las botas y abusaba de inofensivos balones en largo. No le quedaba otra porque al Córdoba no se le evaporaba la gasolina y seguía apostando por edificar la trinchera lejos de su guarida.

Sin embargo, en uno de esos balones altos que presionó bien Nauzet a punto estuvo llegar el primer tanto albivioleta. El balón, finalmente, fue atraído hasta las botas de Guerra, quien caracoleó dentro del área pero su disparo golpeó en el lateral de la red.

Esta ocasión espoleó el fútbol local. Metió miedo en el cuerpo de los visitantes y desembocó en unos minutos en los que parecía que el juego de toque vallisoletano dejaba de ir al ralentí, aunque tampoco metió la quinta, en parte merced a que el Córdoba trababa el juego con constantes faltas.

Así, se llegó al termino de los cuarenta y cinco minutos con el mismo resultado con el que comenzó el duelo y la eliminatoria, la cual sigue en el aire. Taquicárdica como una tarde en la hípica.

Tras el tiempo de asueto, el Real Valladolid se erigió poderoso, enérgico, decidido a por la victoria. Rueda estrelló un balón en el travesaño al saque de un córner y, a renglón seguido, el estallido de júbilo...

Un balón a la espalda de la retaguardia del Córdoba despejado por Dani Hernández lo amortiguó con talento Óscar González, quien se internó en el área con la potencia de un coloso y fusiló, sin piedad, a Alberto García para deshacer las acongojantes tablas que, hasta ese momento, mantenían al respetable con los testículos encogidos.

Un gol que dio poso y seguridad al equipo de Djukic, el cual, no obstante, no se desquitó de algún susto que otro con balones verticales de los jugadores cordobeses a espaldas de la zaga que a punto estuvieron de fraguar la igualada.

No fue así y el Real Valladolid siguió templando cada jugada. Macerándolas hasta que obtuvo un brebaje degustado con satisfacción. Un balón abierto de maravilla por bueno hacia la derecha lo recogió Balenziaga, quien colgó con sutileza al área. El central midió mal el despeje y el balón cayó como un regalo del cielo en las botas de Javi Guerra, quien se tomó todo el tiempo del mundo para batir a Javi García dentro del área pequeña. No falló. ¿Cómo iba a hacerlo?, y puso el 2-0 en el electrónico en el minuto 64.

A partir de ahí, el equipo contemporizó con inteligencia y pundonor. Sacó sus garras para mantener la portería a cero pese a los arreones corajudos cordobeses, ya bastante exhaustos, y abortó cualquier oportunidad de réplica. Incluso, Jofre convirtió Zorrilla en un cotillón con el tercero de la tarde. Una obra maestra en forma de vaselina que mató la eliminatoria y puso el broche de oro a una eliminatoria que acabó empañada por una tangana en los instantes finales y la recaída de Sisi de su lesión en el hombro.

FICHA TÉCNICA

3 - Valladolid: Dani Hernández; Balenziaga, Rueda, Valiente, Peña; Nafti, Víctor Pérez; Nauzet (Jofre, min. 70), Sisi, Óscar (Bueno, min. 55), y Javi Guerra (Baraja, min. 75).

0 - Córdoba: Alberto García, Fernández, Gaspar (Patiño, min. 69), Ximo Navarro, Dubarbier; López Garai, Borja García, Caballero (Vico, min. 73), López Silva; Pepe Díaz (Hervás, min. 79) y Charles.

Goles: 1-0: Min. 50, Óscar. 2-0: Min. 64, Guerra. 3-0: Min. 87, Jofre.

Árbitro: Jaime Latre (Comité Aragonés). Amonestó a Fernández, Rueda, Baraja, Alberto y Sisi.

Incidencias: Estadio Zorrilla. 18.064 espectadores.