FOTOS Angel Becerra
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Fútbol  |  Crónica Real Valladolid-Celta de Vigo

3-0: Guerra y Óscar encienden las antiniebla

17 de Diciembre de 2013
Escrito por
Chus Rodriguez

Era un pensamiento generalizado que una victoria cambiaría por completo el ánimo del entorno del Real Valladolid. Tres puntos que permiten al Pucela respirar y afrontar el futuro con mucha más motivación. Un triunfo que refrenda las buenas intenciones de Juan Ignacio y su plantilla, y que permite al conjunto vallisoletano abandonar los puestos de descenso a la Liga Adelante.





Ni fue un partido vistoso, ni el Real Valladolid barrió al Real Club Celta. Fue un encuentro de tensión, de sangre a la misma temperatura que helaba el césped de Zorrilla. Nadie quería perder y todos querían ganar, y un pequeño detalle decantaría la balanza hacía uno u otro lado. Esa balanza que en Almería o frente al Osasuna cayó del lado rival, aleccionó a los pucelanos para no caer en la precipitación. Una precipitación que tuvieron entre Teixeira y Charles para que el brasileño acabase expulsado. El delantero del Celta arriesgó con una amarilla apretando en exceso el saque de Mariño, y el guardameta estuvo inteligente para mandar al ariete a la ducha. Fue el inicio de la victoria, porque hasta ese ecuador del segundo tiempo a los pupilos de Juan Ignacio les faltaba algo que hacía desconfiar de que fuesen a sumar los tres puntos.





Antes, en la primera parte, el árbitro anuló un gol a los locales. Antes de un córner que botó Ebert, cabeceó Valiente y empujó Guerra al fondo de las mallas, hubo una falta de Carlos Peña que acertó a ver el asistente de Teixeira. Pero lo vio tarde, porque cuando el juego se reanudó el Real Valladolid no cometió ninguna infracción. Fue antes, por lo que el juego en ningún caso debió ser interrumpido y el tanto debería haber subido al marcador.





Pero fue la expulsión de Charles la que cambió el sino del partido, porque para el Celta supuso un derrumbe mental que fue todo lo contrario en el Real Valladolid. Los pucelanos,  entre la niebla, vieron como en apenas un minuto los olívicos se quedaban con un jugador menos, o casi que con dos. Porque JIM movió ficha y dio entrada a Óscar González. El salmantino volvía meses después y el mero hecho de pisar el césped reactivó a los vallisoletanos.





Empezó el baile: en su primer toque, un caño. En esa misma jugada, un invento de Javi Guerra, que se acomodó con un brillante movimiento de cintura para ajustar el esférico a la izquierda de Yoel, que intentó la estirada pero de nada le sirvió. Poco después, centro de Carlos Peña preciso y remate de cabeza de delantero Champions del malagueño. Segundo en poco más de cinco minutos que acabó con un tercero, que cerraba además el triplete de Guerra tras taconear un balón artístico de Óscar González. La dupla del ascenso estaba de vuelta.