
FOTOS: Angel Becerra




Fútbol | Real Valladolid
2-3: Los destellos eclipsan al brillo
8 de Diciembre de 2012
Como en la antigua Roma, hoy la cosa iba de gladiadores en el Coliseo de Zorrilla. Unos armados con tridentes y otros con redes con las que liar a su rival, y ambos esperando ver el pulgar de ese César llamado fútbol señalando hacia el cielo.
El Real Valladolid tenía enfrente al temido gigante verde y no le tembló el pulso a la hora de pisar sus guisantes. El Real Madrid se dejó la casaca blanca en la capital y eso le quitó un pedacito de su identidad, empezando el encuentro espeso en el juego y apabullado por el travieso descaro del que hacen gala los blanquivioletas.
Poco tardó en cantarse el primer gol en un estadio que no sentía el frío de Valladolid. A Manucho le poseyó el espíritu de Canobbio y se firmó una línea en la historia de su equipo al marcar el gol número 50 que Zorrilla celebra ante el Real Madrid. Este apunte llegó cuando la torre de ébano preparó la caña para pescar una carpa verde. El balón se convirtió en una pelota de pinball que llegó a la botas del angoleño que fusiló a Casillas sin preguntarle antes cuál era su última voluntad (1-0).
El empuje del equipo había encontrado su premio. Un cofre dorado en medio de un mar de piernas desacompasadas que dejaba al aire las vergüenzas del Madrid, que poco tardó en encontrarse con la diosa fortuna. El juguetón tapiz de Zorrilla jugó una mala pasada a Valiente. El central se resbaló dejando el balón muerto en pies de Callejón, que pasaba por ahí. El canterano fue generoso con Benzema, que solo tuvo que meter la punta para igualar la contienda (1-1).
El tanto del galo no apaciguó los ánimos de los obreros de Djukic, que siguieron poniendo piedras a su particular Torre de Babel para ver si lograban tocar el cielo, y lo volvieron a acariciar cuando, en la salida de un córner, Manucho le pidió el balón a Ebert y el alemán, disciplinado y obediente, se la puso al angoleño en la cabeza para batir a Casillas por el primer palo.
A la media hora de tutear a los mayores llegó el primer toque amargo al plato que tenía preparado el Valladolid. Ebert frenó mal y terminó camino de la enfermería. Malas noticias para Djukic que el lunes perdió a Jesús Rueda para tres semanas. A partir de ese momento, el equipo blanquivioleta perdió chispa y Cristiano Ronaldo quiso aprovecharlo tentando a Dani Hernández desde fuera del área con un misil repelido por el vinotinto.
El portugués no ofrece sus mejores guiños cuando el Balón de Oro sobrevuela su cabeza y terminó desquiciado con el árbitro, con sus compañeros y con la defensa del Valladolid, que logró anularle. Sin embargo al Madrid le sobran kilos de calidad y los puso sobre la mesa cuando la primera parte agonizaba.
Ózil y Benzema compusieron una sinfonía maravillosa que terminó con el remate del teutón colándose a regañadientes por debajo de las piernas de Dani Hernández. El Madrid había logrado devolverle la moneda a su rival y empezar de cero la segunda parte.
Tras el descanso comenzó el festival de Mourinho. El canterano Nacho pagó la cuenta de los platos que había roto Manucho y se quedó en el banquillo, dejando el lateral izquierdo para Callejón, que debutaba en esa posición. La jugada del comodín le salió bien al técnico portugués; los arrestos del granadino valieron para sellar la banda de un Madrid que salió con otros aires del vestuario, conscientes de que no ganar suponía sacar a bailar al pañuelo blanco para despedir la Liga. Con seriedad y pegada fue mucho más fácil para los de la capital y Ramos avisó de sus intenciones con un cabezazo que se marchó lamiendo el poste de la portería de Dani Hernández. El acoso y derribo había comenzado, pero la muralla blanquivioleta era de hormigón.
Centrarse en repeler los envites blancos supuso renunciar al ataque. Casillas se convirtió casi en un espectador durante el segundo periodo, pero su tiempo de descanso no llegó sin que, antes, Óscar probara sus reflejos con un cañonazo que el guardameta de la roja repelió con algún que otro problema.
Mourinho jugó al despiste y sacó a Modric por Arbeloa. Un relevo llamativo con tintes revolucionarios. El croata aportó frescura al Madrid que puso el aperitivo de una cena pesada con el gol anulado a Sergio Ramos. El asistente de Pérez Montero levantó el banderín invalidando, erróneamente el tanto del central.
Finalmente el cántaro se rompió cuando llegaba a la fuente. Özil hizo gala de la ingeniería alemana y lanzó con una calibración medida al milímetro una falta que entró en la portería del Real Valladolid por el único hueco posible. Un golazo que hizo inútil la estirada de Dani Hernández. El venezolano volvió a ser protagonista poco después colocándose las alas para volar y evitar la puntilla del Real Madrid.
Con el partido ya de cara, Mourinho volvió a dar nitidez a su tablilla. El Valladolid lo intentó una vez más, pero el disparo de Bueno fue demasiado inocente para Casillas. Sin tiempo para más, los puntos volaron hacia la Castellana, pero el buen sabor de boca se queda en Zorrilla, un foso que ha visto orgulloso cómo su equipo miró a los ojos a un león feroz que tuvo que sudar tinta para pegar una dentellada.
FICHA TÉCNICA:
2.- Real Valladolid: Dani Hernández, Rukavina, Valiente, Sereno, Balenziaga, Víctor Pérez, Álvaro Rubio, Ebert (Bueno, min. 27), Óscar, Omar Ramos y Manucho (Gerra, min, 76).
3.- Real Madrid: Casillas, Arbeloa (Modric, min. 61), Ramos, Pepe, Nacho (Di María, min. 45), Xabi Alonso, Kedhira, Cristiano Ronaldo, Özil, Callejón y Benzema (Varane, min. 72).
Goles: 1-0 Manucho, min. 7; 1-1 Benzema, min. 12; 2-1 Manucho, min. 21; 2-2 Özil, min.45; 2-3 Özil, min. 71.
Árbitro: Pérez Montero (Colegio Andaluz). Amonestó a Manucho (Min.15), Omar (Min. 52) y Óscar (Min.82), por parte del Real Valladolid y a Cristiano Ronaldo (Min. 69), Özil (Min. 81) y a Di María (Min. 85), por parte del Real Madrid.
Incidencias: Partido perteneciente a la decimoquinta jornada de la Liga BBVA, celebrada en el Estadio Nuevo José Zorrilla ante 22.714 espectadores.