Fútbol | Real Valladolid-Real Sociedad
2-2: Intercambio de golpes
29 de Octubre de 2012
Fue una contienda en la que no hubo un dominador claro. Nadie impuso su centro del campo y primó la efectividad sobre la elocuencia. Por parte de ambos. La Real Sociedad golpeaba. El Real Valladolid se desperazaba y devolvía. Una vez por asalto. Una vez por equipo...
En el cuadro vasco sobresalio Griezmann, autor de los dos goles. Entretanto, en el Real Valladolid destacaron Óscar y Ebert en un encuentro bastante gris del resto. Dani Hernández, a examen, se mostró ciertamente indeciso, mientras que Alberto Bueno ofreció mucho más que Omar en menos tiempo. El trencilla,Álvarez Izquierdo, acopló un muelle en el tarjetero.
Djukic no pudo contar al principio del duelo con Sereno y Manucho. El luso fue baja de última hora y el angoleño no disfrutó del indulto de las dos amarillas que vio ante el Málaga pese a la evidencia de las pruebas.
Así las cosas Rueda regresó al eje de la retaguardia y Javi Guerra dispuso de una oportunidad para redimirse en un duelo que comenzó con una Real Sociedad tan agitada como un pirómano entre fogones. Suya fue la primera ocasión del partido con un caracoleo somero de Vela, quien cruzó en exceso su disparo.
El cuadro donostiarra presionaba con entusiasmo la elaboración blanquivioleta merced a los cuatro hombres que colocaba en posiciones más adelantadas. Despliegue que complicaba la transición vallisoletana desde el germen, el medio centro.
Aún así, el Real Valladolid era capaz de armar algún contragolpe fugaz que generaba incertidumbre en los dominios de Zubikarai. Óscar, una vez más, los catapultaba en medio de una fase de mayor posesión vasca.
Leve sometimiento. Infecundo, anodino, puesto que el juego se interrumpía cada vez con más asiduidad. Las faltas, las imprecisiones y los pelotazos imperaban sin ambages, convirtiendo la fogosidad inicial en un repliegue más cauto.
De este modo, el Real Valladolid incrementaba su presencia. Insistía en el costado derecho, pero los centros no llegaban a Javi Guerra, quien apenas había tocado un par de balones en los primeros veinticinco minutos. Eso sí, en dicho minuto anotó dos remates a su lista. Uno lo rozó y se fue desviado. El otro, con la testa, languideció en las manoplas de Zubikarai.
Los hombres de Djukic se entonaban por momentos. El respetable avivaba las ascuas de la pasión mientras a la Real se le apagaban las luces, en parte gracias al orden y a la trabazón vallisoletana, para nada laxa.
Para mayor gozo, cada vez se rifaban menos balones, los laterales ganaban la línea de fondo con mayor determinación y Ebert se animaba con el disparo desentumeciendo al arquero vasco. No en vano, el mazazo llegó en el peor momento...
En el minuto 36 del primer acto, la Real Sociedad encontró diamantes sudafricanos en un saque de esquina, esquilmando así los mejores instantes vallisoletanos. El centró voló hasta el segundo palo mientras Dani Hernández se petrificaba. El rechazó de la zaga cayó en las botas de Griezmann quien envió el esférico a la red. 0-1.
Empero, no cundió el desánimo y, dos minutos más tarde, un centro desde la derecha fue remachado por Guerra con lo que pudo, forzando al portero donostiarra a realizar una notable intervención cuando el veneno de ese esférico a punto estaba de inyectarse.
Aviso para navegantes y preludio de la velocidad de crucero y la precisión cartesiana que puso el alemán Patrick Ebert para sellar el empate antes del tiempo de asueto. Un disparo suyo desde treinta metros sorprendió al coliseo y desató el regocijo colectivo en el instante preciso. ¡Viva el Oktoberfest! ¡El teutón al "rescate!.
En la reanudación, el equipo que dirige Philippe Montanier retomó la impetuosidad del inicio del primer tiempo. Recobró la verticalidad y el aura avasalladora. De este modo, Griezmann a punto estuvo de volver a adelantar a los suyos, pero su remate tras acomodar un pase de la muerte se estrelló en el travesaño.
Alivio que no desatascó la elaboración blanquivioleta, timorata y plana ante una Real Sociedad que buscaba la victoria con decisión cuando el cuero besaba al cuero. Griezmann aportaba el colmillo afilado y, así, materializó, de nuevo, la ventaja visitante.
Fue a los once minutos de que comenzase el segundo período. Recogió un rechazo más allá de la frontal y, con la zurda, cruzó el esférico haciendo inútil la estirada de Dani Hernández. Volver a empezar...
Pero la brújula del Real Valladolid estaba averiada. Poca pausa y demasiada espesura. Djukic lo detectó e introdujo a Bueno por Omar y a Neira por Álvaro Rubio, pero el balón planeaba demasiado por el aire en vez de rodar por el piso con la jovialidad del bebe que disfruta gateando.
Así, el partido le iba como anillo al dedo a la Real Sociedad, bien atrincherada y revoltosa cuando lanzaba sus contragolpes, cada vez más esporádicos. No en vano, el Real Valladolid recuperaba poco a poco lucidez y fue precisamente el faro sobre el que orbita su fútbol, Óscar González, el que trajo otra igualada al marcador.
El alemán Patrick Ebert vio su incorporación desde la segunda línea y coló un balón interior al punto de penalti. Allí surgió el salmantino que, de cabeza, suplió la media salida de Zubikarai y dispuso el 2-2 que abría cualquier cábala para los quince minutos restantes.
Posibilidades de victoria que se encadenaban a la mayor producción ofensiva del Real Valladolid, más incisiva y corajuda que la de su oponente, dispuesto a firmar el Tratado de Versalles. Pero el gol no llegó pese a que Álvarez Izquierdo no vio una mano dentro del área donostiarra tras jugada de Alberto Bueno a dos minutos de alcanzar el tiempo de descuento. Embotellamiento sin el galardón de los tres puntos que pudo haberse tornado en esperpéntica derrota si la Real se hubiese servido de un regalo de Dani Hernández a la hora de sacar.
A renglón seguido, Dani Hernández también tuvo que intervenir para que su manopla desviase un disparo desde más allá del medio del campo. Le cazaron adelantado pero se rehizo bien antes de que el árbitro decretase el final de un encuentro que acabó, como se presagiaba, en empate, pese a los sustos cardíacos del epílogo.
FICHA TÉCNICA
Goles: 0-1: Min. 36, Griezmann. 1-1: Min. 43, Ebert. 1-2: Min. 56, Griezmann. 2-2: Min. 75, Óscar.
Árbitro: Álvarez Izquierdo (Comité Catalán). Amonestó a Rueda, Ebert, Carlos Martínez y Mikel González.
En el cuadro vasco sobresalio Griezmann, autor de los dos goles. Entretanto, en el Real Valladolid destacaron Óscar y Ebert en un encuentro bastante gris del resto. Dani Hernández, a examen, se mostró ciertamente indeciso, mientras que Alberto Bueno ofreció mucho más que Omar en menos tiempo. El trencilla,Álvarez Izquierdo, acopló un muelle en el tarjetero.
Djukic no pudo contar al principio del duelo con Sereno y Manucho. El luso fue baja de última hora y el angoleño no disfrutó del indulto de las dos amarillas que vio ante el Málaga pese a la evidencia de las pruebas.
Así las cosas Rueda regresó al eje de la retaguardia y Javi Guerra dispuso de una oportunidad para redimirse en un duelo que comenzó con una Real Sociedad tan agitada como un pirómano entre fogones. Suya fue la primera ocasión del partido con un caracoleo somero de Vela, quien cruzó en exceso su disparo.
El cuadro donostiarra presionaba con entusiasmo la elaboración blanquivioleta merced a los cuatro hombres que colocaba en posiciones más adelantadas. Despliegue que complicaba la transición vallisoletana desde el germen, el medio centro.
Aún así, el Real Valladolid era capaz de armar algún contragolpe fugaz que generaba incertidumbre en los dominios de Zubikarai. Óscar, una vez más, los catapultaba en medio de una fase de mayor posesión vasca.
Leve sometimiento. Infecundo, anodino, puesto que el juego se interrumpía cada vez con más asiduidad. Las faltas, las imprecisiones y los pelotazos imperaban sin ambages, convirtiendo la fogosidad inicial en un repliegue más cauto.
De este modo, el Real Valladolid incrementaba su presencia. Insistía en el costado derecho, pero los centros no llegaban a Javi Guerra, quien apenas había tocado un par de balones en los primeros veinticinco minutos. Eso sí, en dicho minuto anotó dos remates a su lista. Uno lo rozó y se fue desviado. El otro, con la testa, languideció en las manoplas de Zubikarai.
Los hombres de Djukic se entonaban por momentos. El respetable avivaba las ascuas de la pasión mientras a la Real se le apagaban las luces, en parte gracias al orden y a la trabazón vallisoletana, para nada laxa.
Para mayor gozo, cada vez se rifaban menos balones, los laterales ganaban la línea de fondo con mayor determinación y Ebert se animaba con el disparo desentumeciendo al arquero vasco. No en vano, el mazazo llegó en el peor momento...
En el minuto 36 del primer acto, la Real Sociedad encontró diamantes sudafricanos en un saque de esquina, esquilmando así los mejores instantes vallisoletanos. El centró voló hasta el segundo palo mientras Dani Hernández se petrificaba. El rechazó de la zaga cayó en las botas de Griezmann quien envió el esférico a la red. 0-1.
Empero, no cundió el desánimo y, dos minutos más tarde, un centro desde la derecha fue remachado por Guerra con lo que pudo, forzando al portero donostiarra a realizar una notable intervención cuando el veneno de ese esférico a punto estaba de inyectarse.
Aviso para navegantes y preludio de la velocidad de crucero y la precisión cartesiana que puso el alemán Patrick Ebert para sellar el empate antes del tiempo de asueto. Un disparo suyo desde treinta metros sorprendió al coliseo y desató el regocijo colectivo en el instante preciso. ¡Viva el Oktoberfest! ¡El teutón al "rescate!.
En la reanudación, el equipo que dirige Philippe Montanier retomó la impetuosidad del inicio del primer tiempo. Recobró la verticalidad y el aura avasalladora. De este modo, Griezmann a punto estuvo de volver a adelantar a los suyos, pero su remate tras acomodar un pase de la muerte se estrelló en el travesaño.
Alivio que no desatascó la elaboración blanquivioleta, timorata y plana ante una Real Sociedad que buscaba la victoria con decisión cuando el cuero besaba al cuero. Griezmann aportaba el colmillo afilado y, así, materializó, de nuevo, la ventaja visitante.
Fue a los once minutos de que comenzase el segundo período. Recogió un rechazo más allá de la frontal y, con la zurda, cruzó el esférico haciendo inútil la estirada de Dani Hernández. Volver a empezar...
Pero la brújula del Real Valladolid estaba averiada. Poca pausa y demasiada espesura. Djukic lo detectó e introdujo a Bueno por Omar y a Neira por Álvaro Rubio, pero el balón planeaba demasiado por el aire en vez de rodar por el piso con la jovialidad del bebe que disfruta gateando.
Así, el partido le iba como anillo al dedo a la Real Sociedad, bien atrincherada y revoltosa cuando lanzaba sus contragolpes, cada vez más esporádicos. No en vano, el Real Valladolid recuperaba poco a poco lucidez y fue precisamente el faro sobre el que orbita su fútbol, Óscar González, el que trajo otra igualada al marcador.
El alemán Patrick Ebert vio su incorporación desde la segunda línea y coló un balón interior al punto de penalti. Allí surgió el salmantino que, de cabeza, suplió la media salida de Zubikarai y dispuso el 2-2 que abría cualquier cábala para los quince minutos restantes.
Posibilidades de victoria que se encadenaban a la mayor producción ofensiva del Real Valladolid, más incisiva y corajuda que la de su oponente, dispuesto a firmar el Tratado de Versalles. Pero el gol no llegó pese a que Álvarez Izquierdo no vio una mano dentro del área donostiarra tras jugada de Alberto Bueno a dos minutos de alcanzar el tiempo de descuento. Embotellamiento sin el galardón de los tres puntos que pudo haberse tornado en esperpéntica derrota si la Real se hubiese servido de un regalo de Dani Hernández a la hora de sacar.
A renglón seguido, Dani Hernández también tuvo que intervenir para que su manopla desviase un disparo desde más allá del medio del campo. Le cazaron adelantado pero se rehizo bien antes de que el árbitro decretase el final de un encuentro que acabó, como se presagiaba, en empate, pese a los sustos cardíacos del epílogo.
FICHA TÉCNICA
2 - Real Valladolid: Dani
Hernández; Rukavina, Rueda, Marc Valiente, Balenziaga; Ebert, Álvaro
Rubio (Neira, min. 65), Víctor Pérez, Omar (Bueno, min. 60); Óscar y
Guerra.
2 - Real Sociedad: Zubikarai; Carlos
Martínez, Mikel, Íñigo Martínez, De la Bella; Bergara, Illarramendi,
Griezman (Pardo, min 78); Castro (José Ángel, min. 73), Vela (Prieto,
min. 66), y Agirretxe.
Hernández; Rukavina, Rueda, Marc Valiente, Balenziaga; Ebert, Álvaro
Rubio (Neira, min. 65), Víctor Pérez, Omar (Bueno, min. 60); Óscar y
Guerra.
2 - Real Sociedad: Zubikarai; Carlos
Martínez, Mikel, Íñigo Martínez, De la Bella; Bergara, Illarramendi,
Griezman (Pardo, min 78); Castro (José Ángel, min. 73), Vela (Prieto,
min. 66), y Agirretxe.
Goles: 0-1: Min. 36, Griezmann. 1-1: Min. 43, Ebert. 1-2: Min. 56, Griezmann. 2-2: Min. 75, Óscar.
Árbitro: Álvarez Izquierdo (Comité Catalán). Amonestó a Rueda, Ebert, Carlos Martínez y Mikel González.
Incidencias: Estadio José Zorrilla. 12.500 espectadores