1-2: La preparación termina con derrota
Lo dice Djukic y no hay duda alguna al respecto: El peor
partido de la pretemporada, sentenció el entrenador serbio una vez terminado
el partido. Diez encuentros y, pese a lo de El Burgo, buen balance en cuanto a sensaciones
y también en cuanto a resultados. Dos derrotas Sporting y Numancia -, seis
victorias Gatos de Íscar, Tordesillas, Rayo Vallecano, Mondariz, Coruxo y
Boavista y dos empates frente al Zamora y el Tordesillas.
Pero en tierras sorianas el Real Valladolid decepcionó. Especialmente en la primera parte. El
Numancia no tuvo rival sobre el césped en los 45 minutos iniciales y solo el
reestreno de Carlos Lázaro con la camiseta blanquivioleta se pudo sacar como
aspecto positivo. El olmedano volvió a pisar un terreno de juego muchos meses
después. Lo hizo durante media hora, lo previsto por los servicios médicos para
no forzar demasiado su maltrecha rodilla derecha. Se le notó nervioso, con
dudas, y sin fondo físico suficiente para, de momento, volver en partido oficial.
Entendible dado a su trabajo al margen durante todo el verano. Voluntad no le
faltó. Hubo un susto, cuando Del Pino le golpeó en una jugada fortuita en la
pierna mala. Se levantó y siguió hasta que Djukic decidió sustituirle por el
ghanés Razak.
Los sorianos se
mostraron mucho más equipo que el Real Valladolid. La máquina no carburaba
desde la línea defensiva. Salcedo sufría ante la pasividad de Felipe y
Balenziaga, que no eran opción para sacar el balón jugado. Los laterales son la
primera pieza que se mueve en este Real Valladolid. Si ellos fallan, falla el
bloque. Más tenso de lo habitual e impreciso, Felipe dejó hacer demasiado a
Nano en una carrera por la banda izquierda del ataque soriano. El extremo
recortó y se sacó de la manga un disparo cruzado ante el que Salcedo no pudo
más que mirar.
Antes del asueto, destellos de Jofre por la banda izquierda.Suyo fue el primer disparo en el minuto 26 y la mejor ocasión en un dos para dos que el catalán se empeñó en jugar solo pese a tener cerca a Dani Aquino. Nauzet, muy tímido, tuvo también una oportunidad dentro del área desbaratada por Jaio.
El enfado de Djukic se tradujo en cambios. No esperados pero
sí necesarios. Por primera vez desde que dirige al equipo, el serbio
decidió saltarse los planes iniciales de
reparto de minutos y dejó en el vestuario a todos los titulares a excepción de
Salcedo, Juanito y Nafti.
Con la entrada de Javi Baraja, el equipo ganó en
criterio y empezó a pensar. Se sintió más fuerte y más confiado con Peña y
Barragán en las bandas y de nuevo la insistencia del tunante Marquitos arriba.
Pero cuando la cosa mejoraba, el colegiado Campos Goeloe tiró todo el trabajo
por la borda: primero expulsó a Nafti con una sanción desmesurada y después a
Rueda por escuchar de su boca algo que no le gustó.
Poco antes de la expulsión del extremeño, Del Pino recibió un balón largo en
fuera de juego uno más- y asistió a Nano, que marcó a placer el 2-0.
En un arbitraje malo para
ambos, Goeloe señaló penalti en una internada de Barragán y la pena máxima la
transformó el pichichi de la pretemporada. No
es el final soñado de la pretemporada, pero seguro que a Djukic le vuelve a
servir para sacar conclusiones y actuar en consecuencia. Su equipo ideal se va
perfilando. Gracias en parte a los méritos de unos
y los deméritos de otros.