Fútbol | Crónica Cartagena-Real Valladolid
1-1: Un punto para valorar
24 de Abril de 2011
Especial para Valladoliddeporte desde Cartagena
Lloran todos los equipos de la Segunda División a los que se enfrenta el Real Valladolid. Es la moda. La eterna lista de lágrimas tuvo su última gota de tinta en Cartagena. Tras siete días quejándose - algo respetable, por supuesto - por la actuación del colegiado Sagués Oscoz en el Benito Villamarín, hoy Ontanaya López estaba en el punto de mira de todos los aficionados albinegros. Por añadir, se pasaron de lunes a viernes diciendo que al Pucela le habían regalado el partido contra el Xerez. Falta en el segundo gol, decían. La cuestión era sumar puntos y omitir, por ejemplo, la clara mano de un defensa xerecista dentro del área en la primera parte. En tierras murcianas fue el equipo blanquivioleta el gran perjudicado por la actuación arbitral. Y hay que decirlo.
Abel tocó lo menos posible en el inicio. Ya tiene su once preferido y solo en caso de que el equipo se meta en problemas hará alguna variación destacada. También, por supuesto, si se ve en la obligación. La sanción de Nafti y la lesión de Juanito le hicieron apostar por Matabuena y Marc Valiente. El resto, lo habitual.
El equipo salió con hambre y no tardó en probar bocado. Una buena jugada por la banda izquierda de Jofre, en el minuto 6, acabó con un pase al pie de Javi Guerra que el malagueño no desaprovechó. Con su habitual toque con la puntera, se adelantó a la zaga y puso el balón en un lugar imposible para el alcance de Kiko Casilla. 0-1.
En la misma jugada, el cartagenero Txiki se lesionó y Juan Ignacio Martínez se vio obligado a efectuar el primero cambio del partido. Entró en su lugar Unai Expósito. Los blanquivioleta, con su rojo habitual actuando como visitantes, dejaron hacer a los locales, que sintieron la presión de un público exigente desde el pitido inicial. Sin embargo, en ningún momento parecieron sentirse del todo cómodos. Apostaban por juego directo con Toché y Ryga como destinatarios de balones largos que llegaban directamente de los centrales.
Solo cuando Longás superaba la divisoria apostaban por un pase interior que siempre acababa en fuera de juego de los delanteros o en las manos de Javi Jiménez. A balón parado Toni Moral buscaba poner en problemas al portero riojano, que parecía sufrir a la hora de sacar el esférico por la altura de los rematadores rivales. Sin embargo, cuando tuvo que emplearse a fondo cumplió con creces, como en un remate de Toché en el minuto 22 que logró despejar a córner. Antes, Matabuena vio la primera tarjeta amarilla del partido en una jugada en la que llegó demasiado tarde a un balón. El descanso llegó con el Valladolid sufriendo dentro del área, la previa de lo que sería el segundo tiempo.
Tras el asueto, el partido volvió a la senda de los últimos compases del primer acto. Balón para un Cartagena con pocas ideas pero con peligro por alto. Aún así, no había renuncia blanquivioleta a hacer el segundo. Y un balón de Matabuena al segundo palo cerca estuvo de llegar a Jofre. Ocasión de oro para aumentar una ventaja que empezaba a parecer insuficiente mirando el reloj.
También Nauzet tuvo la suya tras una buena combinación con Javi Guerra, pero el canario mandó el balón alto tras encarar a Kiko Casilla. El Real Valladolid dejaba hacer al Efesé, pero en ocasiones se sentía cómodo tocando el balón y dejando pasar los minutos. Abel empezó a mover el banquillo dando entrada a Sisi y retirando a Jofre, pero tardó más de la cuenta en cambiar a Matabuena. El cántabro rondaba la segunda tarjeta amarilla, pero la vio de forma injusta. Ontanaya y su asistente vieron mano en un balón que tocó en la barriga de 'Gattuso'. Fue una decisión equivocada y clave en el partido, que cambió completamente de rumbo al quedarse el Pucela en inferioridad numérica.
Resino decidió dar entrada a Álvaro Rubio para que Javi Baraja no se sintiese demasiado solo en el mediocentro, pero la inercia llevó al equipo a encerrarse atrás. La insistencia del Cartagena tuvo su premio a diez minutos del final. Un córner, dos rechazos, un paradón de Javi Jiménez y un remate final de Toché que encontró el fondo de la portería fueron los ingredientes del empate local. 1-1.
Álvaro Antón sustituyó a Nauzet para buscar algún disparo lejano y dar oxígeno al ataque, pero el partido murió y los puntos se repartieron. De forma injusta por la decisión arbitral pero lógica por el empuje del Cartagena.