Moyano avanza rodeado de rivales. FOTO web realvalladolid.es
Moyano avanza rodeado de rivales. FOTO web realvalladolid.es
Moyano avanza rodeado de rivales. FOTO web realvalladolid.es
Fútbol  |  Córdoba-Real Valladolid

1-1: Empate con sabor agridulce

30 de Octubre de 2016
Dos errores defensivos provocaron los goles en la recta final de la primera parte. En el minuto 40, Bijimine prolongó desde el primer palo un córner, Becerra no consiguió despejar el balón en su salida y Caro, en el segundo poste, solo tuvo que empujar el esférico a puerta vacía para adelantar al Córdoba. Y en la última jugada de la primera parte, una pérdida del balón de los locales ante la presión Míchel propició que el valenciano se cocinara el tanto en una bonita jugada individual.


Las tablas al descanso eran injustas. Sin ninguna duda. Sencillamente, porque el Real Valladolid fue superior a su rival. El Córdoba C.F. no pudo robar el balón a un Pucela que lo manoseó en la medular a su antojo, pero que no consiguió llevarlo dentro del área de Kieszek. De esta forma, el dominio vallisoletano no se tradujo en ocasiones y el Córdoba no sólo salió vivo del envite, sino que encima aprovechó una jugada a balón para parado para adelantarse en el marcador, que Míchel, al menos, arregló al filo del descanso.


En la segunda mitad, cuatro minutos tardó el Real Valladolid en encontrar la conexión que estuvo buscando toda la primera parte. Joan Jordán respondió al desmarque de Juan Villar con un pase preciso en profundidad, pero el onubense envió el remate al lateral de la red ante la salida del arquero polaco del Córdoba.


Pero poco a poco, el Córdoba se vino arriba y el Pucela tuvo que plegar velas. Los de Oltra adelantaron líneas y llegaban a las inmediaciones del área vallisoletano a base de un fútbol poco elaborado, pero muy vertical, que empezó a incomodar a la zaga, aunque la realidad es que era más la sensación de peligro local que el peligro real traducido en ocasiones de gol ante Becerra.


En el minuto 68, Paco Herrera quiso dar un volantazo al encuentro para devolverlo a los derroteros de la primera parte. Drazic y Raúl de Tomás relevaron a los delanteros titulares, Mata y Juan Villar. Y esa frescura, aunque no cambió la tendencia del encuentro en cuanto al dominio cordobés, sí estuvo a punto de darle la victoria al Pucela, porque Raúl de Tomás se sacó dos derechazos a los que tuvo que responder Kieszek dejándose el alma. El primero, tras una volea sensacional del madrileño desde la frontal del área, y el segundo tras un latigazo seco, a media altura, pegado a un palo, también desde larga distancia.


El arreón final fue del Córdoba, que incluso marcó el segundo tanto en una jugada doblemente ilegal porque Rodri, que partió en fuera de juego, estuvo a punto de volarle la cabeza a Balbi con una chilena, situación que aprovechó Piovaccari para marcar en medio del delirio de la grada blanquiverde, que acabó encendida con el colegiado de forma injusta.