1-0: Zorrilla sufrió y disfrutó a partes iguales
El Real Valladolid se mantiene en puestos de play off de ascenso tras su victoria por 1-0 ante el Getafe, rival directo en la lucha por ese cambio de categoría. Un gol de Alex Pérez en el segundo tiempo dio tres puntos de oro. Un tanto a balón parado, que se le negó en otro tipo de acciones, en un encuentro intenso entre dos equipos empeñados en darlo todo.
El partido tuvo todos los ingredientes de un partido de playoff. Dos equipos muy serios, dos buenos equipos, que lucharon por hacerse con el centro del campo, con un fútbol sin florituras pero fluido y pocas concesiones en defensa. En este pulso, en esta pelea de poder a poder, el partido se decidió por pequeños detalles. Jorge Molina, uno de los mejores delanteros de la categoría, mandó el balón a las nubes un “mano a mano” con Becerra en el minuto 54. Álex Pérez estrenó su cuenta goleadora al cabecear un balón repelido por Guaita tras un libre directo ejecutado por Joan Jordán que el cancerbero getafense apenas pudo quitarse de encima porque el balón le botó justo delante y se convirtió en un obús envenado. Detalles de puro fútbol.
Dentro de esta tremenda igualdad entre dos buenos equipos de fútbol, en la primera parte el Real Valladolid fue mejor y pudo perfectamente retirarse al descanso en ventaja. André Leao, Jordán y Míchel, con la ayuda de Jose y Espinoza en las bandas, ganaron el duelo descarnado por la pelota en el centro del campo, y el Pucela llevó el agua a su molina. Espinoza, en el minuto 25, tuvo el gol después de la única indecisión de la zaga madrileña en todo el partido. A continuación, Raúl de Tomás marcó un gol impresionante de cabeza, pero arrancó por unos centímetros en fuera de juego y fue anulado con justicia. Y antes de cumplirse la media hora, Jose regateó a Guaita, pero se quedó sin ángulo para disparar.
En la segunda mitad, el Getafe piso el acelerador. El equipo de Bordalás, que nunca se conformó con el empate y siempre dejó claro que su objetivo era ganar en Zorrilla para meter el miedo en el cuerpo del Girona, equilibró las fuerzas en la medular y al Real Valladolid, que había robado muchos balones en el centro del campo a base de trabajar a destajo, empezó a sufrir. Jorge Molina enmudeció Zorrilla con la ocasión ya comentada en el minuto 54, pero la contestación del Pucela fue inequívoca: Míchel, a la salida de un córner, conectó un cabezazo con marchamo de gol, y sólo una mano impresionante de Guaita salvó los muebles para su equipo. El Pucela no se iba a asustar y también quería ganar.
La estrategia había funcionado en la primera parte con el remate de Raúl de Tomás y volvió a hacerlo con el testarazo de Míchel. Y tuvo que ser a balón parado como el Real Valladolid decantara la victoria a su favor con el testarazo de Álex Pérez. En los minutos finales el partido se convirtió en un tiro al aire. El Getafe se fue arriba con todo y el Real Valladolid sudó sangre para defender. Tuvo alguna situación para sentenciar a la contra, sobre todo en una galopada de Jose, que no encontró el disparo, pero el Getafe tuvo la última ocasión para llevarse un punto, en un córner que David Fuster cabeceó alto cuando estaba completamente solo.