




1-0: Un sorbito de copa
Decía Djukic que quería para la Copa un equipo serio y sus jugadores se vistieron con el frac y la pajarita. Tal vez el once presentado por el serbio, con siete de los no habituales saliendo de partida, no sea el que esté más acostumbrado a coger el tenedor en banquetes de gala, pero lo cierto es que el traje no les quedó grande, para asombro de un Betis que fue el invitado de honor a la inauguración copera.
Se puede decir que en el Real Valladolid, todos juegan a lo mismo. Es más fácil si se va todos a una, como Fuenteovejuna. Así, con el guión bien aprendido saltó el Pucela que mostró su cara mas efervescente durante el primer tramo del partido, en el que dejó su mejor y casi único sello en una combinación entre Peña y Manucho que acabó con el angoleño picando por encima de Casto un balón que se marchó rozando la madera.
El efecto duró hasta que el técnico visitante tuvo que echar mano al banquillo. El duende hispalense del que presume la sevillana lo tiene escondido Beñat en sus botas. Al centrocampista le tocó poner los tacos sobre el césped de Zorrilla cuando Cañas pidió el cambio. Su sola presencia dio otro color al Betis. El gurú de la túnica verde y blanca animó el juego del equipo de Pepe Mel.
Fruto de la insistencia llegó la mejor ocasión andaluza en la primera mitad. Jonathan Pereira pecó de lo que pecan gángsteres novatos; falló un disparo a quemarropa. El atacante pescó dentro del área una mala asistencia de Salvador Agra y castigó al larguero de Jaime con un chupinazo que puso los pelos de punta al graderío pucelano.
Ahí comenzaron los minutos de plata del Betis, eclipsando la frescura con la que comenzó el partido el Real Valladolid, pero sin encontrar la chispa que hiciera explotar su motor. En medio del camino andaluz apareció Alberto Bueno, que hizo bueno el desparpajo de Lolo, rematando de forma acrobática, al más puro estilo Torres, un centro del canterano desde la línea de fondo. El balón acabó en el interior de las redes de un Casto que apenas había manchado sus guantes hasta ese momento.
Bueno pegó el primer sorbo a una Copa que servia el Betis y bebía el Valladolid. Si uno bebe, otro pasa sed y el gol dejó a Pepe Mel deshidratado, por lo que decidió buscar en el banquillo la vara zahorí que le indicara dónde encontrar agua o petróleo. Tras el descanso Salva Sevilla dejó su puesto a Juan Carlos.
El dibujo betico cambió así en el comienzo de la segunda mitad, pero un equipo frío no podía con un Real Valladolid que se encontraba cómodo, con las pantuflas de andar por casa puestas y dominando el tempo del partido. En medio del oasis de paz, con el Betis falto de ambición, apareció Estrada Fernández para poner el caos.
Sereno, que había salido en el descanso sustituyendo a Valiente (aquejado de molestias en los abductores), aguantó sólo 18 minutos sobre el terreno de juego. Perquis se puso cara a cara con el luso y éste se le quitó de encima. El francés cayó al suelo como si le hubiera golpeado Mike Tyson y la desproporcionada actuación del central bético acabó con Sereno camino de los vestuarios porque el asistente de Estrada Fernández vio, desde la otra punta del campo, lo que el colegiado catalán no había visto al lado. El galo supo jugar sus cartas y el luso no.
Con todo de cara para dar la vuelta al marcador, el Betis no logró sacudirse la pereza del todo y el Valladolid arañaba dando buena cuenta de su poder de regeneración en situaciones adversas. El encuentro tomó desde entonces un matiz bronco, con los nervios a flor de piel, con Rukavina intentando devolver a Perquis la moneda que le había endosado a Sereno y con Estrada Fernández repartiendo cartulinas amarillas como si fueran tarjetas de presentación.
No supo el Betis pescar en río revuelto. El conjunto verdiblanco no logró contra once lo que tampoco pudo contra diez, hacer un gol a Jaime, que volvía a la meta pucelana. Mel lo intentó a la desesperada sumando hombres a su línea de ataque, pero ni con Rubén Castro haciendo diabluras lograron neutralizar la acrobacia de Bueno, que a la postre fue definitiva.
El Real Valladolid llega ganando al descanso de un partido a 180 minutos que tendrá su continuación en el Benito Villamarín dentro de un mes.
FICHA TÉCNICA:
Real Valladolid: Jaime, Rukavina, Valiente (Sereno, min. 45), Rueda, Peña, Neira, Baraja, Lolo (Balenziaga, min. 64), Rubén Peña, Bueno y Manucho (Guerra, min. 72).
Real Betis: Casto, Ángel, Paulao, Perquis, Nacho, Cañas (Beñat, min. 20), Nosa, Salva Sevilla (Juan Carlos, min. 45), Agra (Rubén Castro, min. 73) Jonathan Pereira y Jorge Molina.
Goles: 1-0, Bueno (Min. 39)
Árbitro: Estrada Fernández (Colegio Catalán). Amonestó a Paulao (Min.42), Lolo (Min.45), Neira (Min. 63), Baraja (Min. 74), Balenziaga (Min. 79) y Rubén Peña (Min. 87). Expulsó a Sereno por roja directa a Sereno (min. 63).
Incidencias: Partido perteneciente al partido de ida de dieciseisavos de final de la Copa de S.M. El Rey celebrado en el Estadio José Zorrilla ante 11. 764 espectadores. Antes del comienzo del partido se guardó un minuto de silencio en memoria y homenaje a todos los fallecidos de la familia blanquivioleta.