1-0: Triunfo sin chispa
No fue un partido notable. Ni mucho menos. Las dudas rodearon al equipo toda la semana tras el tropiezo en Córdoba y éstas atenazaron a los pupilos de Djukic, a los que les faltó gula en los metros finales, pese a que, por momentos, dominaron a su adversario.
En los primeros compases del encuentro, el Girona taponaba bien la salida del balón blanquivioleta merced a su esquema 4-1-4-1 y a su orden en medio del campo, aunque su bagaje ofensivo era inexistente. A los hombres de Djukic les costaba recibir el esférico con comodidad, pero se palpaba que su plan no iba a variar.
Sisi se movía más entre líneas que por el costado y Javi Guerra y Bueno bajaban indistintamente a recibir para ayudar a los centrocampistas a generar la profundidad que les costaba encontrar. Al albaceteño se le notaba rabioso, con ganas de llevar a la calle de la amargura a sus oponentes con su sinuoso despliegue por todo el campo.
Como no, fue él el que germinó la jugada del gol que rompió las tablas a los once minutos de juego. Tiró un desmarque hacia el costado que leyó bien Balenziaga. Sisi centró y el balón golpeó en la mano de Acciari, según el árbitro dentro del área por lo que decretó penalti. Víctor Pérez, con pulso de cirujano, hizo inútil la estirada hacia su derecha de Dani Mallo.
Un tanto que aliviaba como un buen masaje la tensión acumulada, pero que amodorró a los blanquivioleta, que vieron como el Girona, con muy poco, se sacaba de la chistera dos ocasiones de gol. El ataque catalán se mostró cándido y la grada ni se inmutó en medio del sopor en el que transitaba el enfrentamiento.
El Real Valladolid dominaba el esférico y, hubo instantes en los que hizo sentir al Girona como John Rambo, "Acorralado". No obstante, sólo Sisi prendía la chispa de un ataque al ralentí que se dio por contento a la conclusión de los primeros cuarenta y cinco minutos con la exigua renta que había obtenido.
Tras el tiempo de asueto, el Real Valladolid seguía redundando en lo mismo. En su grata apuesta y en su escaso "punch". Y es que, se le veía venir como a un lento y estridente ferrocarril de mercancías. Así, como en el primer tiempo, Sisi seguía siendo el más bullicioso de los hombres de ataque, aunque la vigilancia era más exhaustiva.
Djukic echó la vista al banquillo "ipso facto". No le gustaba lo que veía a pesar de la inoperancia ofensiva del Girona y dio entrada a Manucho en sustitución de Javi Guerra, quien se perderá el próximo encuentro ante el Murcia por acumulación tarjetas amarillas y no se fue muy contento al túnel de vestuarios. Le molestó que Djukic no hubiese realizado el cambio en el descanso y sí tres minutos más tarde.
El tedio se hizo tónica. Mezclado, no agitado...
Empero el nuevo cóctel preparado por Djukic, con Manucho y Bueno en la lanza de ataque empezó a dar un soplo de aire fresco al equipo. El angoleño presionaba y quería participar en todas las jugadas, mientras que el madrileño contó con más libertad para moverse.
Modificaciones que auspiciaron que el sometimiento vallisoletano fuese más duro, más exasperante para el Girona, cuyas únicas aproximaciones se presentaban de balones colgados, muestra del hartazgo que infiere perseguir el balón.
Sin embargo, el Real Valladolid no fue capaz de matar la contienda, de sentenciarla y poco a poco se inmiscuyó en una fase apática que sirvió para que los jugadores de Josu Uribe se envalentonasen y creyesen por vez primera en el empate.
El dominio blanquivioleta se desvaneció pero el equipo de Djukic supo aguantar las intentonas corajudas de un Girona que reclamó penalti en una jugada entre Acuña y Jaime. De este modo, al final y como aspecto más positivo, sumó tres puntos que le mantienen en los puestos honorables.
FICHA TÉCNICA:
1 - Real Valladolid: Jaime; Balenziaga, Jesús Rueda, Marc Valiente, Peña; Sisi, Nafti, Víctor Pérez, Jofre (Marquitos, min. 66); Bueno (Alonso, min. 78) y Javi Guerra (Manucho, min. 49).
0 - Girona: Mallo; Luso, Tortolero, Yago, Migue, Garmendia, Acciari (Nieto, min. 64), Dorca, Jandro, Corominas y Goiria (Acuña, min. 73).
Gol: 1-0, m.10: Víctor Pérez, de penalti.
Árbitro: Sánchez Martínez (C. Murciano). Amonestó a Guerra, Valiente, Sisi, Nafti, Acciari y Goiria.
Incidencias: Estadio Zorrilla. 8.000 espectadores.