Fútbol  |  Nástic-Real Valladolid

1-0: Paracaídas averiado

8 de Enero de 2011

La caída libre empieza a dar vértigo hasta a los más lanzados. Siete partidos seguidos sin conocer la derrota. Un punto de doce desde que Abel Resino tomó las riendas de este Real Valladolid ojeroso, con pinta de enfermo terminal. Cifras que hablan muy mal de un hipotético candidato a un ascenso que, con el paso de las jornadas, se empieza a convertir en una quimera.



El encuentro comenzó con un aviso del conjunto tarraconense, más volcado y animoso en los primeros compases. Powell obligó a Justo Villar a atajar en el primer palo. No se había cumplido un minuto y el Nástic de Tarragona mostraba con claridad unas intenciones disfrazadas por el dramatismo, la soga del descenso que empieza a apretar al colista. 



Mientras, el Real Valladolid, también urgido por una cadencia de resultados tan nociva para sus intereses como un combinado de cianuro, abogó por presionar la salida de balón catalana y no dejar hacer a su gabinete de creación, formado por Miki y Seoane. No en vano, la presión se resquebrajaba en el medio del campo. No era acompasada y cuando el Nástic la superaba la defensa vallisoletana sufría con la movilidad de Rubén Navarro y el holandés Powell.



El Nástic tenía más presencia en el campo y suyas eran las ocasiones ante un Valladolid estático y con una escasa profundidad a pesar de que se afanaba en mover el esférico con velocidad, casi al primer toque. Óscar, era una estatua y el juego entre líneas brillaba por su ausencia.



Poca inquietud en el medio del campo del Nástic de Tarragona, un equipo que, con poco, sumó otras dos ocasiones bastante claras antes de los primeros veinte minutos. Una en una falta lateral en el que Mairata remató y abortó bien Villar y otra doble con Powell y Alex Cruz que se toparon con el paraguayo y un defensa.



Varios sustos no materializados que condujeron a una fase somnolienta, en la que se palpó el miedo de ambos conjuntos a encajar un gol que pudiera ser crucial para el continuo desarrollo del juego. Así se llegó al descanso con la sensación de que el Real Valladolid sólo podía anotar con algún balón colgado desde los costados. Javi Guerra no estaba teniendo su mejor día y perdía recorrido e intimidación en la lanza de ataque cada vez que bajaba a recibir.



Abel detectó el problema: la escasez de dinamismo de los hombres de ataque. Por ello, en el tiempo de asueto sentó en el banco a Óscar para dar entrada a Jofre. Un cambio que cambió el desfigurado y apático semblante del conjunto blanquivioleta. Dinamitó el ataque y encerró al Nástic de Tarragona en su terreno de juego durante los primeros quince minutos del segundo período con constantes llegadas desde los extremos.



Sólo faltaba el gol, y el Real Valladolid lo buscaba con escasa fortuna. No obstante, la entrada de Álvaro Rey en el Nástic insufló un nuevo aire al cuadro local, que volvió a asomarse por las inmediaciones del área de Justo Villar.



El duelo se tornó en un correcalles, un partido de ida y vuelta en el que uno de los dos equipos saldría reforzado y el otro hundido en su propia ciénaga. El Nástic, conmovido por el apoyo de su hinchada, reaccionó con vigor y Rubén Navarro sacó petróleo de un balón colgado desde el lateral que Justo Villar y Navas no aciertan a despejar fruto de la incomunicación entre ambos. Gol y, para más inri, en el minuto 69 de partido. Para nada placentero.



Abel Resino quemó sus naves y dio entrada a Calle por Sisi, lo que hizo que el esquema variase hasta mutar en un 4-4-2 que no valió para nada. El Real Valladolid se volcó al ataque, aunque lo hizo con escaso orden y con demasiados jugadores haciendo la guerra por su cuenta. 



No pudo ser y el equipo vallisoletano cosecha una nueva derrota que agrava más si cabe la situación de crisis endémica de la que no consigue liberarse por mucho que las palabras bonitas y las conjuras broten con una brillante sonoridad. El balón y el verde sentencian y arrojan conclusiones meridianas. Este Valladolid deberá sudar sangre y cambiar radicalmente para poder tan sólo soñar con volver a Primera. Ahora mismo, suena a utopía.





FICHA TÉCNICA



Nástic de Tarragona: Ruben, Medina, Mairata, S.Diaz, Fuster, Seoane, Miki, Alex Cruz (Álvaro Rey, min. 60), Moran (Alex Ortíz, min. 88), R.Navarro y Powell.



Real Valladolid: Justo Villar, Pedro López (Barragán, Raúl Navas, Arzo, Peña; Nauzet (Calle, min. 61), Rueda, Jorge Alonso, Sisi, Óscar (Jofre, min. 45) y Javi Guerra.



Goles: 1-0, min. 69: Ruben Navarro.



Árbitro: Piñeiro Crespo. Amonestó a Sergio Días, Raúl Navas, Pedro López, Rueda.



Incidencias: Partido de Liga celebrado en el Nou Estadi de Tarragona.