1-0: Desastre total y absoluto

La victoria frente a Huesca había servido para lograr ese triunfo del que tanto había hablado Abel Resino. Sin ninguna duda, el técnico manchego se equivocaba. ¿Ansiedad? El Real Valladolid actual no tiene ningún tipo de inquietud anímica. El Real Valladolid sí acusa falta de carácter, de ganas, de compromiso y de responsabilidad.  Se pudo ver frente al Alcorcón. Es un muerto que tan sólo gana a rivales que llegan en peor momento que él. Y no sólo eso. Lo hace únicamente en Zorrilla para no acabar humillado ante su afición. Lejos de casa no le importa absolutamente nada.

La primera parte fue loca. Con imprecisiones en ambos conjuntos y sin tiempo para respirar, el Alcorcón estuvo más cerca del gol. Eso sí, el balón no tocó apenas el césped. Si en Córdoba –donde llovió como si no hubiera mañana- se jugó un partido de waterpolo, en Santo Domingo la cosa se aproximó al balonvolea. Y eso que Abel apostó de inicio por tres centrocampistas puros.  Dejó a Jofre en el banquillo, desplazó a Sisi a la banda izquierda y optó por tener la posesión del esférico con Rueda, Rubio y Jorge Alonso de falso – literalmente- mediapunta.

Las ocasiones las ponía el Alcorcón. Fernando Sales y Paco Montañés lo intentaban por los extremos, y Quini se desesperaba ante la defensa de Fabio Faria. El portugués, que llegó el jueves a España, salió de titular. Prueba de que la confianza en Jordi Figueras es nula. Faria cumplió, y fue de los mejores.

En la segunda parte el equipo  salió mejor, pero fue una visión que duró poco más de diez minutos. Abel parecía dar por bueno el empate. Retiró del terreno de juego a Sisi y dio entrada a Jofre. Justo Villar, con molestias, también tuvo que abandonar el césped en detrimento de Jacobo. Sin culpa alguna para el canterano del Valladolid, cinco minutos después de su ingreso llegó el gol amarillo. Borja recibió un regalo de Álvaro Rubio en la divisoria, le dio un pase a Quini y el máximo goleador -13 en Liga- del Alcorcón marcó con un tiro cruzado (1-0).

Quedaban 15 minutos para al menos empatar. De forma inmediata, y retratando el rácano planteamiento de Abel, salió al terreno de juego –sin calentar ni diez segundos- Antonio Calle. Al igual que en Tarragona, lo hizo cuando todo estaba perdido. Un jugador que el jueves estaba más en Huelva que en Valladolid debía solucionar la papeleta.

El partido murió sin ocasiones claras para lograr un punto. Un remate de cabeza del riojano Rubio fue el único tiro entre los tres palos del Real Valladolid en más de 90 minutos. Derrota que tendrá consecuencias.


1 - Alcorcón: Manu Herrera, Nagore, Babín, Rueda, Ángel Sánchez, Fernando Sales (Carlos Martínez, m.72), Rubén Sanz, Sergio Mora, Montañés (Jeremy, m.72), Borja (Alberdi, m.85) y Quini.

0 - Valladolid: Justo Villar (Jacabo, m.68), Pedro López, Fabio Faria, Raúl Navas, Peña, Nauzet, Rueda (Calle, m.77), Álvaro Rubio, Sisi (Jofre, m.53), Javi Guerra y Jorge Alonso.

Goles: 1-0, m.73: Quini.

Árbitro: Miranda Torres. Mostró tarjeta amarilla a Ángel Sánchez y Rueda del Alcorcón, y a Peña y Nauzet del Valladolid.

Incidencias: 2.000 espectadores en Santo Domingo.