0-4: Con paso firme hacia el sueño
El Real Valladolid de las últimas semanas no se anda con tonterías. Maduro y rotundo. Serio y eficaz. Un trabajo limpio y rápido. Así se mostró el equipo de Djukic en Chapín, vengando el parcial de 7-0 encajado en sus dos últimas visitas.
Los vallisoletanos disfrutan desde la segunda parte en Elche con su fútbol y aparentan tener la situación controlada en todo momento. Incluso en los primeros compases cuando el rival tiene el balón y genera ocasiones. La serpiente siempre espera su momento. El ratón se mueve de esquina a esquina y parece el animal dominante, hasta que comete un error. Ahí se acaban las contemplaciones.
El error lo cometió Robusté en el minuto 13. Un crecido y cada vez más respetado Mikel Balenziaga centró desde la banda derecha y tras un control de Guerra con el pecho, el central del Xerez tocó el balón con el codo. El brazo lo tenía separado y el contacto hizo variar la trayectoria del esférico. Todo ello dentro del área. La voluntariedad o involuntariedad resulta indiferente en este caso. Penalti sin perdón de Víctor Pérez, que batió sin temblar a Toni Doblas. 0-1.
A partir de ese momento, desapareció la fuerza de José Mari y la presión de los andaluces. Rubio y Pérez empezaron a asumir responsabilidades en el centro del campo. El Xerez Club Deportivo se engañó a su mismo en los primeros diez minutos, sintiéndose erróneamente superior. El gol no solo le bajó los humos, sino que le mostró la realidad. Enfrente tenía un candidato al ascenso, un equipo en racha liderado por Óscar González, Alberto Bueno y Javi Guerra. Los tres disfrutan jugando juntos y se nota. La compenetración de Óscar y Bueno, la implicación de un Guerra multiplicado. Así, cerca del descanso, el malagueño peinó un balón en el centro del campo y habilitó a Óscar González hasta el punto de dejarlo en un carril bici que conducía hasta Doblas. A 30 metros de la portería rival, el charro sabía que iba a marcar. Él y los que le conocen. Lo hizo y puso el 0-2 en el marcador.
En el segundo acto no hubo tregua blanquivioleta negra en este caso- ni opciones de remontada para el Xerez. Djukic y su equipo no les dejaron creer en ella. No hubo paso atrás y sí nuevo penalti de Robusté. El catalán se unió al club de amigos del Real Valladolid. A ese en el que no falta Trujillo, el central del Almería. Tampoco Zabal, el guardameta del Numancia. Se excedió y el colegiado Arias López volvió a indicar el punto de penalti. Si algo le tiene que agradecer al árbitro el Pucela es su valentía. Pitó dos penaltis que lo fueron, pero tristemente no es lo habitual. Nauzet, indolente en gran parte del encuentro y fuera de la aportación del tridente volvió a superar a Doblas. 0-3. Fue Guerra el que puso la puntilla tras una asistencia de Víctor Pérez y van
- que no consiguió rematar Óscar pero sí Javi. 0-4.
Con todo decidido, Djukic volvió a lanzar el mensaje que genera debate pero que es una lección de competitividad. Dio minutos a los habituales desde el banquillo. A sus revulsivos particulares. Necesita el músculo de Javi Baraja y el revulsivo de Jofre o Marquitos. Igual no hoy, pero sí dentro de siete días. O de quince. De hecho, Marc Valiente y Álvaro Rubio vieron la quinta amarilla, por lo que el serbio hará como mínimo dos cambios para recibir al Huesca.
Si el Valladolid dependiese de si mismo, el que firma esto le colocaría en Primera División sin dudarlo ni una centésima de segundo. Las sensaciones no solo son importantes a principio de temporada.