0-1: El Pucela sí sabe de qué va esto

Enviado especial a Granada

Así se sube a Primera. El Real Valladolid ha conseguido en el Nuevo Los Cármenes de Granada  lo que es imprescindible en esta categoría: ganar por la mínima, con un árbitro malo de solemnidad y en inferioridad numérica durante más de la mitad de la segunda parte. 11 partidos consiguió vencer el equipo de Mendilíbar cuatro años atrás en similares condiciones. Ese año terminó llegando el éxito, y ahora la cosa va por el buen camino.

Se sabía que Antonio Barragán sustituiría a Pedro López en el once inicial, pero a Antonio Gómez le convenció lo visto en el partido de Copa del Rey, y decidió apostar por Calle en ataque en detrimento de Alvaro Antón. El míster no se equivocó.

Desde el inicio del partido, el Real Valladolid cogió la batuta. No dejaba moverse al Granada y mostraba una línea continuista con respecto a los dos anteriores encuentros. Cuando los vallisoletanos salen así, el rival se encuentra con una situación incómoda que le impide reaccionar. Javi Guerra, incansable, aparecía por todos partes, y Sisi, asistido por Rubio y Alonso, corría la banda como un auténtico galgo. Un calco de lo visto días atrás en Zorrilla.

 Parecía cuestión de tiempo que el gol llegase, y poco antes de alcanzar la primera media hora de juego, el Pucela se adelantó. Un pase magistral de Nauzet alemán habilitó a Calle para encarar al meta Roberto, que poco pudo hacer ante la definición del delantero. El madrileño, cosas del fútbol, lleva más goles que en toda la temporada anterior con el Girona. Y, por supuesto, ya ha superado a Manucho.

El tramo final de la primera parte se convirtió en un adelanto del de la segunda: sufrimiento, mucho sufrimiento. El Granada se estiró y de la mano de Abel Gómez y un Carlos Calvo extra motivado, propició que los de Gómez pidiesen a gritos el descanso. Jacobo se retiraba al vestuario cumplidos los primeros 45 minutos con una amarilla por pérdida de tiempo.

Duelo más igualado

Con la reanudación, los dos entrenadores movieron ficha. Fabri optó por Orellana y Mikel Rico en el centro del campo, y Antonio Gómez sacrificó a Jorge Alonso para introducir a Javi Baraja. Pese a que cumple, el salmantino acusa el paso de los minutos y desaparece por fases. Lo del capitán es otra historia, y pinta que este año empezará de titular antes de lo habitual.

El Granada sabía que tenía que hacer un gol pronto si quería llevarse los tres puntos en su  estreno liguero en casa. Mejoró, pero no lo suficiente para atenazar al Valladolid. Marc Valiente y César Arzo no dejaban moverse a Álex Geijo, que tampoco tenían ninguna opción por alto. La pareja de centrales, por cierto, rindió a un nivel de Primera.

Los pucelanos tenían controlado el partido, y sólo la acumulación de tarjetas  ponía en peligro la victoria. Guilherme confirmó el temor y fue expulsado por doble amarilla con más de veinte minutos por delante.  Pecó de inocente, pero Ontanaya López se había propuesto liarla minutos antes.  Antonio Gómez reaccionó rápido e introdujo a Peña. Calle, que ya había cumplido con su gol, dejó solo en ataque a Javi Guerra. Tocaba aguantar a cualquier precio.

Y vaya que si aguantó. Como era de esperar, el Granada se vino arriba alentado por un estadio casi lleno y entregado. Pero se encontró con un Valladolid inteligente y muy ordenado. Hubo sufrimiento. Bastante para tratarse de la segunda jornada. En especial en dos jugadas para la polémica dentro del área de Jacobo, que por cierto, estuvo impecable. El tiempo fue pasando y el Granada se apagó. Una falta provocada de forma maravillosa por Javi Guerra en el centro del campo significó el final del encuentro. Tres puntos más, cero goles en contra y una jornada menos.

FICHA TÉCNICA: