0-0: Zorrilla decidirá el finalista
El Valladolid no sacó un punto del Nuevo Arcángel, pero marchó con un 0-0 que le da muchas opciones de clasificación para la eliminatoria final. Tantas como al Córdoba, por ser realistas. El resultado, que deja disparidad de sensaciones, determina varias cosas: los vallisoletanos pasan si ganan, los andaluces también. En caso de empate a cero, a la prórroga. Si hay igualada con goles, avanti los blanquiverdes. En resumen, el Nuevo Estadio José Zorrilla tiene la última palabra.
En el Arcángel se vio respeto, pero también fútbol. Ninguno fue claramente superior al otro, y en los momentos clave la inteligencia primó por encima de la filosofía de cada uno. Los equipos compitieron conscientes de que otros 90 minutos esperan en cuatro días. El Córdoba arrancó con fuerza, el Real Valladolid esperó su momento. Se fue estirando, asumió el dominio y rondó el gol durante gran parte del primer acto. La más clara la tuvo Javi Guerra, tras un centro raso y medido de Nauzet Alemán. El delantero de Vélez pidió penalti. Prieto Iglesias no se lo concedió. Si no hubo contacto, no se entiende que Guerra no rematase. Nadie prefiere un penalti antes que un gol. Pepe Díaz fue el más activo de los locales, respaldado por López Silva. Nafti pasaba la escopa cuando el Córdoba pretendía triangular en zona de distribución. Al descanso se llegó con los equipos pensando en la segunda parte.
El segundo tiempo fue más mental. Con un desgaste físico tremendo, multiplicado por el calor presente en el Arcángel, los dos equipos evitaron asumir riesgos. El Córdoba lo intentó con más ganas espoleado por su afición y tomó el mando del partido. Jémez probó con Patiño, Fuentes y Fede Vico. Djukic esperó más para hacer los cambios. El equipo sufrió para no encajar goles, y sufrió lo justo. El gran susto llegó cuando Pepe Díaz se plantó solo delante de Jaime Jiménez. El manchego minutos después, sintió unas molestias en su pierna izquierda que le obligaron a ser sustituido. Entró Dani Hernández, que apenas tuvo que intervenir. También Sisi se retiró con dolores y fue Jofre su relevo. Bueno ingresó, con cara de pocos amigos, por un voluntarioso Óscar González ya en el descuento. Al salmantino le faltó más compañía. A Nauzet y Sisi les costó abandonar las bandas y la ausencia de Álvaro Rubio no pasó desapercibida. Un remate de Guerra en un rechazo en la frontal del área fue la ocasión más peligrosa de los pucelanos. El esférico se fue al palo. Medio Arcángel pensó que el balón había entrado.
El tiempo voló, pese a los cinco minutos de descuento, y los protagonistas enfilaron el túnel de vestuarios con la sensación de que un gol les podía haber dejado mucho más cerca de la clasificación.