



0-0: Un Pucela incómodo pero rotundo
El Real Valladolid tiene prisa y no hay tiempo que perder.
Para entrenar, para fichar y para volver
a su centro de operaciones en el stage de pretemporada. La experiencia de los
amistosos contra equipos portugueses empieza a ser más que preocupante. Hace un
año, en Oporto y frente al Boavista, el comienzo del encuentro se retrasó por
la presentación del equipo local. Hoy, más de lo mismo. Si ya no hace gracia a
la plantilla tener que viajar más de tres horas en autobús, el no cumplir con
las horas previstas supone un perjuicio en la planificación del cuerpo técnico.
Djukic dialogó con el colegiado para mostrarle su descontento y el once titular
ni esperó a que el Beira Mar acabase el calentamiento para colocarse sobre el césped
con la camiseta blanquivioleta.
Quizá por un excesivo calentamiento y todo lo ocurrido en la
previa, el once titular del Pucela estuvo más tímido de lo habitual. Tuvo
contadas ocasiones durante la parte y media de la que dispuso. Voluntariedad de
la línea defensiva, con pocas complicaciones, y como siempre de un Álvaro Rubio
omnipresente. Algo más le está costando en esta preparación veraniega a Víctor
Pérez. Poco tiene que demostrar, pero la competencia de Lluís Sastre le tiene
que hacer despertar. Guerra se fajó como es habitual en él, pero con poco éxito
más allá de un remate de cabeza tras un efectivo centro de Balenziaga ya en el
segundo tiempo. Más apagado estuvo en esta ocasión el alemán Ebert, que cada
vez abandona más su banda derecha para asociarse con un Óscar González que
volvió a marcar los tempos en el aspecto ofensivo. Tanto él como Lolo
probaron a Rui Rego desde lejos más de una vez. Sin puntería. La misma que tuvo
el árbitro al no señalar dos penaltis a favor del Real Valladolid. Uno por
manos dentro del área y otro por una entrada salvaje del portero portugués a
Guerra.
Si en Luarca los cambios llegaron en el descanso, en Aveiro
Djukic aguantó a su bloque de gala hasta el minuto 60. Hay que exigir cada día
más porque el comienzo de Liga está a la vuelta de la esquina. Solo Dani Hernández
sustituyó a Jaime en el asueto. Y con media hora por delante, diez variaciones.
Minutos para los que quieren pelear por un puesto en el once titular, para los
que aspiran a sumar minutos y para unos atrevidos valientes canteranos que fueron lo más
positivo del partido. Especialmente Javi Navas: tunante, veloz y demostrando
que quiere quedarse en el primer equipo. Incluso tuvo el gol en sus botas en
una acción individual que finalizó con un disparo que a punto estuvo de colarse
en la portería lusa. El sufrimiento fue para Casado y Pesca, que no pudieron
frenar en dos manos a mano a Jaozinho y Abel Camará muy cerca del final del
partido. Fallaron los rivales, que tuvieron la victoria en sendas ocasiones.
Segundo empate de pretemporada, con más conclusiones positivas
que negativas, en un campo espectacular. El Municipal de Aveiro, estadio de
Primera. Para ir calentando motores.