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Fútbol  |  Real Valladolid-Deportivo

0-0: Empate insípido

4 de Diciembre de 2011
Escrito por
Antonio Aragón



Fue en una noche no tan gélida como amenazaba. Por si acaso, los ajados treintañeros se preparaban rellenando la petaca. Cardhu; el brebaje escogido a escasa hora y media de que Melero López decretase el inicio de este inusual enfrentamiento.

Atípico por la estrechez en la tabla, la escasa distancia entre ambos (un punto) y por tratarse de un reencuentro pero en la categoría errónea. Una cita por los puestos de ascenso y un golpe moral considerable. Un duelo en el que se detectó desde el principio que el Real Valladolid quería birlarle el balón al Deportivo de la Coruña. Con premeditación y alevosía.

Acudía a la presión con intensidad y agresividad, pero, cuando recuperaba el esférico y medraba hacia las inmediaciones del área, se encontraba con un robusto adversario. Erguido y concentrado. Trabajado en la basculación defensiva.

Cierto es que el fútbol blanquivioleta no estaba siendo lo más vivo. Su presión era como una lluvia de napalm, pero con el balón entre sus pies parecía una granizada de petardos. Corta y a ráfagas. De este modo, transcurrieron veinte minutos sin que se probase la seguridad de Aranzubía.

No fue hasta el minuto 27 de partido cuando al cancerbero del bloque coruñés le tocó sacar sus manoplas a relucir. Fue en un córner peinado en el primer palo que llevaba algo más que intenciones epicúreas para los intereses blanquivioletas.

Poco más señoras y señores. Tampoco el Deportivo ofrecía gran cosa, aunque siempre que intervenía Valerón se mascullaba la genialidad. Nafti, ojo avizor, no le daba tregua...

Sin embargo, el Real Valladolid encontró una transición de la que mereció más rédito. El balón le llega a Balenziaga, quien se pega una descomunal carrera para recuperar un centro largo de Peña. El vasco asiste bien con la derecha pero el amago de remate de Óscar se pierde en la maraña deportivista. No aciertan a despejar y el esférico le cae a Sisi, quien con casi toda la portería libre estrelló el balón en el travesaño.

Una ocasión clarísima que hizo suspirar de alivio al Deportivo de la Coruña y espoleó al respetable. La posesión era local y el cuadro de José Luis Oltra cada vez estaba más replegado hacia un final de un primer tiempo tan aburrido como una conferencia sobre el legado del filósofo David Hume.

En la reanudación, las tornas cambiaron. El Deportivo fue el que marcó el "tempo" del partido, pero fue el Real Valladolid, con un incisivo contragolpe, el que agitó a la grada. El trencilla anuló un gol por dudoso fuera de juego a Javi Guerra. Estimó que el ariete surgió por delante de la zaga antes de que Nauzet colgase un medido balón.

Primera aviso. Nauzet saltó al terreno de juego en el descanso con chispa y vigor. Se le veía especialmente motivado y, a los escasos minutos, se fabricó una nueva jugada en banda que Guerra cabeceó por encima del larguero.

Jugadas que precedieron a otra fase anodina y trabada del partido. Bostezos y pipas. Cardhu y Lucky Strike...

El Real Valladolid tarda en desmelenarse, pero una buena triangulación de varias atacantes casi acaba en el fondo de las mallas si no es porque el balón disparado por Óscar encontró a un defensor tras el pase de la muerte de Sisi. Perfume de gol que hechizó al público y a los jugadores.

Se lanzaron a por el gol pero no era el día. Cuestión de pulgadas y, minuto a minuto, segundo a segundo, los tres puntos se alejaban del zurrón blanquivioleta, pues el Deportivo supo contemporizar y dormir las arremetidas alevosas vallisoletanas. Incluso contó con una ocasión para amarrar los tres puntos con un balón que se estrelló en el palo

Al final, se consumó un resultado gafas que no mantiene al Real Valladolid en el segundo puesto de la tabla clasificatoria y que corta la racha de triunfos en casa de la escuadra blanquivioleta (cinco).