0-0: Empatar fuera, esa costumbre
El tono de rosa no era chillón. Más bien suave. Y así se
mostró el Real Valladolid en Cartagonova. Consciente de que los puntos allende
de Pucela, aunque sean de uno en uno, le han colocado en lo más alto de la Liga Adelante y pueden
valer un ascenso. Sin sorpresas, con Rubio y Marquitos sustituyendo a Nafti y
Nauzet en el once, el equipo de Djukic mimó el punto que le otorgaba el 0-0 inicial
y no quiso arriesgar.
Ya en la primera parte no exhibió el equipo la imagen
habitual lejos de Zorrilla esta temporada. Menos intensidad y sobre todo menos
posesión, lo que le hizo sufrir sin balón. El Cartagena era consciente de que
Mikel Balenziaga jugaba en el lateral derecho a pierna cambiada y el vasco sufrió al
volcarse todo el juego ofensivo del equipo murciano a la banda izquierda. De
hecho, una de las mejores ocasiones la tuvieron en una jugada de Álvaro Antón por ese flanco. Acabó con un centro del burgalés que Goiría remató fuera. La más peligrosa fue obra de
Collantes, que aprovechó una pérdida en el centro del campo y probó desde lejos
a un Jaime que se mostró seguro.
Pero más cerca del gol estuvo el equipo de Djukic. En una
falta que sacó Marquitos desde el perfil derecho, el Pucela tiró de estrategia
y la barrera se abrió para dejar completamente solos a Óscar y Manucho. La
controló con el pecho el salmantino, que disparó con potencia un balón que
terminó en el larguero de la portería defendida por Reina. También estuvo cerca
de marcar Manucho, que se plantó solo delante del guardameta. Estuvo lento y
Chus Herrero abordó la ocasión.
Tras la reanudación, el Real Valladolid no recuperó esa
ambición que se echaba en falta. Guardaba los muebles y buscaba más el esférico,
pero lo movía con menos velocidad de la que llevaba el reloj del colegiado. Alrededor
del minuto 50, un disparo de Sisi que tocó en un rival y se fue a córner, originó
una sucesión de ocasiones: primero un intento de remate de cabeza de Manucho al
borde del área pequeña y poco después un intento de Víctor Pérez con un potente
lanzamiento desde lejos que obligó a intervenir a Reina para volver a enviar el
balón a saque de esquina.
Djukic apostó por Jofre y retiró del terreno de juego a
Marquitos. Sisi se fue a la banda derecha, pero no resultó. El Cartagena se
estiró ante la exigencia de su afición y se fue a por los tres puntos. Jaime
tuvo trabajo durante unos minutos, los que tardó el Real Valladolid en
demostrar al Cartagena que no renunciaba al triunfo. Fue con un golpeo de Óscar
González desde el punto de penalti, con todo para marcar, que sin explicación
alguna tiró suave y centrado a las manos de Reina. El salmantino acostumbra a
pensar rápido y fabricar una obra de arte en tan solo segundos. No fue así esta
vez. Sirvió al menos para que el Efesé se mantuviese conservador en zona de
retaguardia hasta el pitido final.
Con cuatro minutos por delante para el término del encuentro,
Saná ingresó en el terreno de juego sustituyendo a Óscar. Antes, Baraja dio el
relevo a un Álvaro Rubio que sin estar mal, no tuvo el carácter de Nafti. El pequeño centrocampista portugués acercó la
victoria con un despliegue de fútbol vertical y veloz. Pero le faltó tiempo
para demostrar más. El partido acabó con reparto de puntos, lo que permite al
Real Valladolid seguir en ascenso directo, ser el equipo con menos derrotas de
toda la categoría (2) y el que más empates lejos de su estadio (6) acumula.