0-0: El Valladolid no tiene jeque pero sabe sacar petróleo

Porque el Valladolid estuvo en el Benito Villamarín muy lejos de su mejor versión. Desorientado, sí; quizás incluso irreconocible e infiel a su habitual estilo ofensivo; pero batallador y peleón hasta el último segundo del último minuto. Eso le permitió sumar un nuevo punto, que hacen un total de 30. Además, se tuvo que sobreponer a lo de siempre: una plantilla corta a la que las sanciones o lesiones no conceden tregua; siempre pasa algo. Esta vez una expulsión injusta (otra) de Toni Rukavina por un supuesto pisotón del serbio que en realidad le dieron a él. Media hora sin lateral derecho porque, por supuesto, en el banquillo no había un lateral derecho. Y en el once titular tampoco un mediocentro de carácter ofensivo. Rubio y Sastre se solapan y si a ello se suma un mal partido de Alberto bueno y Óscar González, los problemas crecen. 

Djukic se disfrazó del jeque del que por fortuna (para el que lo quiera) carece el Pucela y sacó crudo de donde no había ni fútbol. El Betis fue incapaz de perforar la plataforma de Dani Hernández por más que lo intentó. Con tiros lejanos de Beñat y creando peligro a balón parado. En los últimos minutos pasó de todo: desde una mano salvadora de Dani que envió el balón a córner, otra en la que el venezolano falló con un oportuno Carlos Peña evitando el desastre sobre la línea de gol y un mano a mano de Javi Guerra ante Adrián en el que más que el guardameta bético fue el agotamiento del malagueño el que abortó el peligro.

Desde el minuto uno dio la sensacion de que los dos equipos se conocían demasiado bien. Era su cuarto duelo de la temporada y todo parecía calculado previamente. Al Betis le supo escaso el punto; al Pucela a gloria bendita.