Baloncesto  |  Blancos de Rueda

Un joven veterano

3 de Junio de 2013
Imagen de sgarcia
Escrito por
Sara García

Llega al estudio de Begoña (Zyllan Fotografía) vestido con vaqueros, polo gris de manga corta, a pesar de que la primavera está pasando desapercibida, cazadora negra fina y deportivas azules y grises porque Román Montañez es "muy de vaqueros y camisetas", aunque el estilista Ismael Aparicio le cambiará por completo para esta original sesión de fotos. "En el día a día soy de vaqueros, tampoco de chandal, salvo si llevas cosas del club, pero para una cena en fin de semana pues ya te pones tu camisa, zapatos, incluso americana".

Preocupado por sus canas a sus 34 años -que bromea con la estilista Rocío (de L'Espace Roseé) diciéndole que se las tape-, no se siente para nada mayor. "Como estoy rodeado de otros jugadores de 29 o 30 años, me creo que soy como ellos, y no es así, pero tengo el espíritu joven", ríe. Reconoce que "peco de no cuidarme demasiado", aunque sí usa crema hidratante "porque estás todo el día sudando" y come de todo, aunque cuida su alimentación. "Cuantos más años, más te cuidas, con 24 años comía de todo, sin preocuparme de los kilos, pero a partir de los 30 lo miras más". Más que de chocolate, es de gominolas, aunque eso era antes: "me he quitado, no lo compro ya".

La estilista mientras le maquilla un poco -"nunca me habían pintado los labios", sonríe, un poco de gel en el pelo y es el turno de la ropa. Primeras fotos con un abrigo de pelo, que dice no se lo pondría "porque me gusta pasar desapercibido y porque soy muy caluroso". Posa descalzo, con un 46 de pie -"pequeño para ser jugador de baloncesto"- 1'92 de altura - "en la pista soy bajito"- y con un balón en la mano con el que juega con el dedo por petición popular. Como dice que no es muy alto, no le reconocen mucho por la calle, aunque "alguna cosa me dicen, tanto buena como mala, eh?" Es una persona abierta, aunque reservada con sus cosas.

Sus gustos

¿Qué música te gusta? "Escucho de todo, menos reggaeton". Eso incluye música británica, pop español, aunque en el coche escucha la radio, y ahora mismo, los discos de Coldplay y Fito. No suele ir a conciertos porque no es amigo de las aglomeraciones. Tampoco suele escuchar programas de deportes en la radio "porque lo que dicen no es fiable del todo", lee El País y la prensa deportiva por internet "aunque no lo de mi equipo, no te puedes creer ni muy arriba ni muy abajo", asegura. Ve el telediario y en la televisión, series y mucho deporte: motos, automovilismo y tenis. "No soy muy futbolero, aunque si tengo que elegir como catalán, el Barça" ¿Y qué tal un catalán en Valladolid? "Me he adaptado muy bien siempre donde he estado, creo que me he llenado de sus costumbres, me gusta la carne y el lechazo así que aquí muy bien" -ríe. La otra vez que estuvo en Valladolid -jugó en el Fórum desde 2000 a 2005- le decían que del equipo era el que menos catalán parecía: "En mi casa no se habla catalán porque mis padres no son de allí, emigraron hace años". Eso sí, echa de menos la playa, donde le gusta ir cuando vuelve a casa y cuando va de vacaciones "mi mujer es de sol y yo más de chiringuito", dice.

Segundo cambio de ropa, pantalón guateado granate y jersey marrón con brillo. Es amable, sonríe, educado...pero Begoña le pide que pose con gesto de enfadado. "En el campo sí me enfado, en casa, no. Tengo un carácter fuerte de un momento, pero ahora soy más calmado". Dice que antes era más visceral, "ahora cada vez me importa menos lo que digan de mí, excepto la gente de alrededor, claro, e intento quitarle hierro al asunto". Tiene amigos de la infancia y también de los equipos donde ha jugado porque ha tenido la suerte de "no tener mal rollo en ninguno". Está casado desde hace cuatro años, aunque es su novia de toda la vida, con una publicista que trabaja mucho, argumento por el que dice que no tiene perro "porque no tendríamos tiempo de sacarlo".

Su familia

Es muy familiar, le encanta estar con su hermana y sus hijos, charlando con sus padres. Su madre es protectora, aunque cree que su padre más pero lo demuestra menos. En cualquier caso asegura que ha tenido "muy buenos ejemplos en casa". Con sus amigos de pequeño jugaba al fútbol y al baloncesto y es ahí donde empezó a aficionarse. "Echaba horas en una canasta que me puso mi padre en el garaje". Destaca que sus padres jamás le presionaron para que fuera el mejor, que sólo le apoyaban al máximo y era él mismo el que se autoexigía. "Iba al colegio botando el balón sin que se me cayera y he llegado a volver a empezar desde el principio porque se me había caído". En realidad ha cambiado mucho desde aquel joven de 20 años que les dijo a sus padres que se iba de casa. Eso le ha valido también para ser un buen "amito de casa", que cocina mucho al horno.

El estilista palentino le manda quitarse el jersey y combinar el pantalón granate con un chaquetón a juego, verde botella con estampado de aves. Sin camiseta y la cremallera abierta, se sube la capucha para las fotos.

Suele levantarse a las 9 para ir a las 11 a entrenar. Desayuna tranquilamente y llega media hora antes al pabellón. Se va a dormir "tardecito" - la 1:00-1:30 h- aunque si tiene la mañana libre estira las horas de sueño. Antes de un partido, antes se echaba la siesta, ahora le gusta estar tranquilo y "pensar en mis cosas". Tiene alguna manía como ponerse siempre las mismas mallas para jugar y el mismo tipo de calcetines. En los viajes del autobús suele escuchar música y jugar a las cartas con el doctor, el segundo entrenador, el preparador físico y otro jugador. "El último le paga 10 euros al primero y el penúltimo 5 al segundo, el tercero ni gana ni pierde", explica sus reglas del juego.

Sus recuerdos

16 temporadas en ACB -menos tres partidos que jugó el año pasado con Andorra en LEB- le hacen todo un veterano, curtido en mil batallas. ¿Recuerdas algún partido en especial? y no responde uno, sino tres: su debut con Manresa en la temporada 1997-98 contra Cantabria que jugó "un par de minutitos" y la celebración de la Liga con ese equipo. "Fue increíble, maravilloso, una temporada muy buena", recuerda. Dice que para él es un orgullo haber estado en el equipo de su ciudad desde que tenía 12 años, haber pasado por todas las categorías hasta jugar en el primer equipo. Un caso único.

Los otros partidos que recuerda con especial cariño fueron en su anterior temporada en Valladolid: "Jugué mi mejor partido contra Alicante, hice muchos puntos y contra Unicaja marqué un triple ganador en el último segundo". ¿Y de esta temporada? Montañez resalta el haber sabido reconducir "el sufrimiento de la plantilla, con muchos problemas extradeportivos, y saber focalizar cuál era nuestro objetivo. Tiene un sabor dulce el haber conseguido el objetivo". Resalta esa fuerza para abstraerse y el grupo humano del equipo y achaca parte de esa culpa al entrenador, con buenas dotes de psicología porque ahora los entrenadores "son cada vez mejores gestores de equipo".

Su futuro

¿Y en el futuro? "Me gustaría colaborar con el equipo de mi pueblo, CB VilaTorrada, y montar una escuela de baloncesto. Me gusta este mundo". De hecho, le pidieron ayuda con la base y está encantado. "No sé si en algún momento valdré como entrenador, pero me gustaría. Lo que es seguro es que tendré vinculación con el mundo del baloncesto porque me gusta y es muy agradecido entrenar a gente joven". No descarta volver a estudiar, quizás piscología o marketing, porque dejó los estudios tras Selectividad cuando empezó con el equipo de Manresa. Pero de eso hace ya algunos años...o no, porque él es joven y asegura que se encuentra bien físicamente. Viste sonrisa y amabilidad, se vuelve a poner su polo gris y con el balón de la mano se marcha a despedirse de algunos compañeros del club y a terminar las maletas. Vuelve a casa. Felices vacaciones y...¡hasta pronto!


Gracias a Begoña del estudio de Zyllan Fotografía (C/ San
Blas 14, 3º C), a Ismael Aparicio
(en Facebook Ismael Aparicio fashion design: https://www.facebook.com/ismaparicio) y al gabinete de imagen L'Espace Roseé. Más fotos de la sesión en el Facebook de la web: www.facebook.com/valladoliddeporte.es