Quince años no son nada

Primero fue Mike Hansen, el presidente del consenso, procedente del baloncesto y que contaba con un apoyo mayoritario en todos los estamentos de la ciudad. Después, como daño colateral a la salida de Hansen, fue Gustavo Aranzana el perjudicado, que incluso rechazó propuestas en firme para entrenar con el único deseo de trabajar en su ciudad, en su club, en su casa. Y, recientemente, ha sido Saúl Asensio, jefe de prensa, quien ha tenido que salir por la puerta de atrás.

 

Con una deuda de once mensualidades a punto de prescribir, la situación de Saúl había llegado a un punto crítico. Después de quince años de trabajo a las espaldas y el reconocimiento de todo el mundo del baloncesto, tanto local como nacional, su marcha deja un importante vacío, más aún en una época tan complicada como la que vive el CB Valladolid. El viernes se celebró el juicio pertinente y, a la espera de que se emita una sentencia, pocos detalles han trascendido del proceso. Los abogados del club reconocieron la deuda contraída y se declararon incapaces de asumir el montante total. Hasta conocer el veredicto final, Saúl deberá acudir a su puesto de trabajo con normalidad aunque, salvo sorpresa, el juicio será favorable a su causa y dejará de pertenecer a la plantilla del CB Valladolid en breve.

 

Las redes sociales han ardido este fin de semana para mostrar su apoyo y respeto a un trabajador con mayúsculas, que no ha alzado la voz cuando peor estaban las cosas y que ha respondido con humildad, discreción y honestidad. 

 

Esta semana, la actualidad del CB Valladolid tendrá como telón de fondo la marcha de Saúl Asensio, pero vivirá momentos importantes como el anuncio de la campaña de abonados y la presentación de las nuevas camisetas, ambas iniciativas promovidas e impulsadas por Mike Hansen, además de la llegada de los jugadores que completen una plantilla que sigue entrenándose a las órdenes de Ricard Casas, a contrarreloj, para llegar en las mejores condiciones al inicio de liga.