La vida francesa de Stephane Dumas
Parece mentira que una persona como Stephane Dumas, que nunca podrá abandonar su acento francés, haya desarrollado la gran mayoría su trayectoria personal fuera de su país de nacimiento. Porque si Francia lo alumbró, España lo crió, lo maduró y lo dio la vida, deportiva y personal.
Y es que Dumas, un tipo familiar como pocos, vio ante si una nueva experiencia hace poco más de un año. El JL Bourge-en-Bresse puso sus ojos en el genial base del entonces Blancos de Rueda Valladolid. Después de tantas temporadas en España, con numerosos retrasos e impagos, la primera pregunta que formuló fue: "¿Tenéis retrasos en las nóminas?". La contestación sorprendió a Dumas, por lo inusual: "Sí, dos o tres días". "En todo el año que he estado allí, he dejado de cobrar puntualmente una sola vez y era porque el día previsto resultó ser domingo. El retraso acumulado ha sido de un día", sentencia el jugador.
Así comenzó la vida francesa de Dumas, con incertidumbre económica pero eliminada de raíz por una liga que, incluso en su Segunda División, cuenta con una estructura saneada y eficiente, donde los clubes, aunque suene extraño, pagan cuando deben, y no cuando pueden (o cuando quieren). Deportivamente, las cosas podrían haber ido mejor. "Nos clasificamos octavos en el último partido y nos eliminó fácilmente el Pau Orthez", pero lo peor aún está por llegar, ya que "el año que viene no lo jugaré porque me voy a operar de la rodilla. Estaré con el equipo pero no voy a jugar nada". Aunque reconoce que, en lo personal, las cosas han funcionado ya que "tenía miedo por mi familia, por si se adaptaría bien a Francia, pero mis hijas y mi mujer están muy bien y estamos muy contentos con la elección que hicimos".
"No he dejado de seguir al club"
Pese a estar a 1.200 kilómetros de Valladolid, Steph Dumas no ha perdido detalle de lo que ocurría a orillas del Pisuerga. "He hablado con Roberto, con Javi Bello, con mucha gente del club". Comprende y entiende la decisión del míster de Carpio de no seguir en el club. "No había certidumbre en cuanto al futuro. Él reconoce que así no se puede seguir y ha preferido mirar por su familia".
Como gran conocedor del CB Valladolid, el base ha tratado con Mike Hansen, presidente de la entidad morada, y habla maravillas de él: "Me alegro que el que mande sea alguien de baloncesto. No quiero decir que los anteriores lo hicieran mal, pero era necesario que viniera alguien con ilusión, que quiera que haya baloncesto en la ciudad y que viva este deporte". El francés alaba, también, la labor de Hansen en la cantera y la confianza que se ha labrado dentro de la estructura del club. "Ha hecho un gran trabajo con los chavales. Además, cuando jugó aquí recibió mucho cariño de todos y ahora tiene una buena oportunidad de devolver todo lo que Valladolid le ha dado. La verdad es que pocas personas tienen más ilusión que él y, repito, ser alguien de baloncesto genera mucha confianza".
Hay que tener muy en cuenta las palabras del excapitán pucelano, quien conoce como pocos los entresijos y los problemas de un club tan complejo como éste. De hecho, aún siente en sus carnes las atrocidades económicas que se hicieron en tiempos no muy lejanos. "No diré cuantos, pero me deben unos meses. Menos mal que cobramos una parte del fondo de garantía de la ACB, pero bueno, lo importante es que esta ciudad tenga baloncesto y las cosas se hagan bien". Ojalá se puedan seguir viendo partidos en Pisuerga allá por 2015, cuando finalice el contrato de Dumas con el JL Bourg-en-Bresse, porque el francés tiene muy claro donde quiere vivir. "En cuanto acabe allí, me vuelvo para Valladolid. Es nuestra casa". Y atentos a los banquillos: "Estoy sacando el curso de entrenador, pero aún no sé lo que hacer cuando me retire".
