El factor diferencial

Hay una verdad, una ley no escrita en el baloncesto español que dice que los americanos, los jugadores con ficha de extracomunitario, han de dar al equipo en cuestión algo diferente, un golpe de calidad y talento. En resumidas cuentas, tienen que ser decisivos en uno o varios aspectos del juego. Si nos vamos al caso del CB Valladolid, esta máxima parece que se cumple.

Los nombres de Luther Head y Akeem Wright van a dar al conjunto morado puntos, rebotes y un aditivo intangible pero muy importante: la capacidad de generar juego. Así lo expresaba Ricard Casas en la presentación de este viernes, aspecto que confirmaba la gran estrella pucelana Luther Head: “Espero estar preparado para ser un líder. El entrenador me ha pedido que lo sea, que logre la máxima efectividad con el balón y que tome las decisiones correctas”, afirma ambicioso.

Por su parte, el alero Akeem Wright, llega para aportar anotación, capacidad reboteadora y asistencias ya que, según Ricard Casas, “es capaz de generar en las necesidades que nosotros tenemos". El jugador ha reconocido que “puedo ayudar en defensa y en ataque, además de aportar en el poste bajo”. Preguntado por su labor y su trabajo durante esta semana de prueba reconoció que “puede que estuviera nervioso porque tenía una semana para convencer al entrenador y mostrar mis habilidades. Lo único que intenté fue hacerlo lo mejor posible”.

Pese a no ser americano a efectos de la liga por tener pasaporte Cotonou, el jamaicano Omari Johnson se está destapando como un hombre a tener en cuenta. Su plasticidad y frescura van a ser importantísimas para el juego del CB Valladolid, además de su capacidad “de jugar por fuera y por dentro”, como él mismo explicaba. Buen tirador desde el triple, ha admitido que “debo mejorar en la fuerza y en la dureza del juego”.