Casas: "Pongo mi cargo a disposición del club"

Poco análisis del partido hizo Ricard Casas (“hemos perdido fácilmente contra el equipo que iba por delante nuestro”) y se centró en su valoración como “profesional, como persona y como entrenador”. En este escenario, el catalán reconoció que “mi capacidad y mi trabajo no sacan más rentabilidad de este equipo, por la situación que sea”, de ahí que su siguiente conclusión fuera que “si el club considera que el cambio de entrenador es una buena opción, como motivación y aspecto de cambio, yo lo voy a entender perfectamente y no voy a poner ningún tipo de problema”. Más claro, imposible.

Esta explosiva declaración vino acompañada por un reconocimiento al buen trato recibido por parte del club y a una digna aseveración: “No lo veo otra manera, no me puedo”. Porque Ricard Casas sabe perfectamente que la derrota ante Estudiantes cierra casi definitivamente las pequeñas puertas de la salvación: “Perdiendo hoy nuestras posibilidades son menores a nivel de permanencia. Hoy teníamos una consigna clara: si nos meten dos, hay que dar una hostia, en el buen sentido de la palabra. Hemos estado cuatro minutos sin faltas”. Un síntoma claro de la situación.

El sentir del entrenador lo ha dejado muy claro él mismo, reconociendo que “es muy frustrante no competir, no pegar, no hacer faltas, no parar un juego, estar preparando un partido con una intensidad máxima y no reflejarlo”, aunque dejó meridianamente claro que “la confianza no la tengo deteriorada, lo que veo es que, si lo hay, no puedo sacar nada más del equipo”. Mensaje enviado a Felipe Martín y a Juan Vela. Lo que es evidente es que, con estas declaraciones a la directiva no le queda otra que coger el toro por los cuernos y aceptar la renuncia de un entrenador que, en sus propias palabras, no da más de sí.