Ricard Casas y Danilo Andjusic (Foto: Mariano González)
Baloncesto | CB Valladolid
Cañonero serbio
25 de Octubre de 2013
En un correcto español, Danilo Andjusic se trajo la primera frase aprendida: Estoy muy feliz de estar aquí. Nada más, poco a poco irá aprendiendo el idioma, cualidad innata de los jugadores balcánicos. Acto seguido, el escolta serbio mostró su alegría por ser parte de este equipo, de esta liga, que es la mejor de Europa. Es un gran desafío para mí y una oportunidad de mostrar mi talento y mi manera de jugar, reconoce Andjusic. Con apenas tres entrenamientos se presentará el sábado en su primer partido en España: He conocido a los chicos, al entrenador y al cuerpo técnico y son todos fantásticos. Me han ayudado mucho a adaptarme y todo el mundo me ha tratado muy bien, explica el jugador.
Es su segunda experiencia fuera de Serbia. el año pasado fichó por la Virtus de Bolonia, equipo que lo ha cedido al CB Valladolid. Tengo tres años más de contrato y estaré aquí hasta final de temporada. Preguntado por sus cualidades, Andjusic lo tiene claro: El tiro. Porque con los porcentajes que atesora a lo largo de su carrera, estamos hablando de un tirador muy fiable, seguro y que llevará mucho peligro a las defensas rivales. Él mismo reconoce que necesito mejorar en otros aspectos ofensivos, pero mi principal virtud es el tiro.
Problemas en el puesto de base
La marcha de Antonio Porta y Luther Head ha dejado desangelada la posición de director de juego. Y Ricard Casas lo sabe, más aún teniendo enfrente a Satoransky y a Franch: Es una situación que tenemos que trabajar. Ante Estudiantes, Colom nos hizo daño y debemos aprender de lo que pasó. Sin Porta, ¿podría ser Antonio Izquierdo quien diera minutos de descanso a Wijhalmsson? Responde el técnico: Tenemos que buscar otro base para jugar muchos minutos. Antonio es una opción, pero hay otras. Apunten el nombre de Suka-Umu.
Respecto a Cajasol, Ricard Casas define a los sevillanos como un equipo con mucha energía, con actividad e intensidad y lo que hay que hacer es asumir ese nivel y ponerlo nosotros también. La velocidad del juego ha de ser sólida en todo momento, argumenta el catalán.
Finalmente, el preparador morado se mostró ilusionado por disputar, por fin, un partido en Pisuerga: Lo hemos hablado y queremos generar la mejor impresión posible, llevar el trabajo al máximo nivel delante de la afición. Una afición que está bajo mínimos, con apenas 1.300 socios, lo que dejará muchas butacas vacías en el coliseo vallisoletano. Preocupa que no haya gente porque nosotros la necesitamos, es un factor decisivo. Nuestra responsabilidad es mostrar lo máximo para generar el deseo de que vengan a vernos, concluye.