Vasilopoulos lanza a canasta rodeado de rivales (Foto: V. Carretero ACB)
Baloncesto | CB Valladolid
87-53: Golpe de realidad en Madrid
16 de Octubre de 2013
La conjunción de diversos factores conspiraban para ofrecer una conclusión lapidaria: la victoria del CB Valladolid ante el Real Madrid no era una utopía, era un milagro. Y si, normalmente, en el deporte la suma de dos más dos casi nunca es igual a cuatro, las matemáticas del choque no dejaban lugar a dudas. Los locales acudían como un tiro, campeones de la Supercopa, rotación de doce titulares y jugadores en el mejor estado de forma de su carrera, como Sergio Rodríguez. Por parte de los visitantes, incógnitas y más incógnitas, poco tiempo de preparación, dos partidos de preparación, hombres como Omari Johnson, Akeem Wright o Hördur Wijhalmsson que son auténticos desconocidos y, para colmo, la ausencia de Luther Head a última hora por, según la versión oficial, motivos personales.
Pese a todo, había lugar a la ilusión, más aún con el prometedor inicio de partido. Suka-Umu convertía la primera canasta del CB Valladolid 2013-14 y Omari Johnson le secundaba con cinco puntos consecutivos que daban al conjunto morado, que estrenaba camiseta, la primera ventaja. Los primeros cuatro minutos ofrecieron la novedosa situación de un Valladolid por delante en el electrónico. A partir de ahí, el Madrid aceleró cuando quiso y el partido se acabó. Con un 6-0 de parcial, los de Pablo Laso cogieron el mando y no lo soltaron. Primero Bourousis, luego Felipe y más tarde Sergio Rodríguez. Y si no era alguno de ellos era un excelente Slaughter, decimosegundo cambio merengue, tal es la profundidad de la plantilla blanca, quien aparecía.
Mientras había partido, las sensaciones que transmitían los visitantes eran buenas, con defensas intensas y cierto movimiento en ataque, pero surgió la figura de Akeem Wright para ralentizar el juego, asumir demasiados balones y desperdiciar demasiados ataques, especialmente cuando tienes enfrente al Real Madrid. Este arreón local obligó a pedir tiempo muerto a un Ricard Casas que veía como sus pupilos se quedaban sin reacción. Curioso y preocupante que, cada vez que el catalán pedía un receso, el parcial posterior era escandalosamente favorable a su rival. Pese a los malos momentos en defensa, la selección de lanzamiento era buena en la ofensiva, pero el acierto no apareció por tierras madrileñas. Sin tiros libres y con un 5/17 en tiros de campo en todo el primer cuarto, el envite estaba visto para sentencia con un 26-12 demoledor.
Los síntomas que comenzó a transmitir el CB Valladolid tornaron en negros nubarrones. Comenzó a evidenciarse la falta de adaptación entre los componentes de la plantilla, la conexión ausente en los planteamientos tácticos y, en definitiva, el poco tiempo de que ha dispuesto la plantilla para conjuntarse como equipo. Los errores en el pase se sucedían y los propios jugadores se estorbaban y chocaban entre sí en algunas jugadas. Con estos mimbres, el encuentro comenzó a ser un martirio. Parciales escandalosos, favorecidos por los tenísticos errores no forzados y por las facilidades defensivas, fueron cimentando una diferencia que llegó a los cuarenta puntos pero que unos buenos minutos finales lograron maquillar.
En el apartado individual, cada uno aportó algunos detalles, destacando Haritopoulos y Johnson en la anotación y el trabajo defensivo, Vasilopoulos y Porta en el carácter, y Sinanovic y Suka-Umu como complementos. Sigue ofreciendo muchas dudas Akeem Wright, quien amasa demasiado balón, impidiendo que los bases dirijan las jugadas convenientemente. El otro americano se ha librado del análisis porque, directamente, no apareció. Desde el club trataron de localizarlo por la tarde pero sólo ha trascendido que su ausencia se debe a problemas personales graves. Descartando el aspecto económico, las cábalas pueden abarcar multitud de posibilidades.
Con este panorama, perdiendo de 34 puntos en el primer partido de liga, con jugadores que han de dar un mayor rendimiento y con la estrella del equipo fugada!, el CB Valladolid debe encarar el choque del sábado ante Estudiantes con la mejor cara posible. Aún es pronto, injusto, para sacar conclusiones, pero el equipo debe dar un paso más en los próximos compromisos. No será difícil.