65-106: Más de lo mismo

Se agotan los calificativos para definir la temporada del CB Valladolid, anodina por lo malo y lo extraño, por la sensación de que el partido se acaba después de los primeros 10-15 minutos. Ante Unicaja no fue diferente y los de Ricard Casas aguantaron poco más de dos cuartos. Las gradas de Pisuerga volvieron a ofrecer un aspecto lamentable aunque, eso sí, los que fueron a ver el partido (y otros tantos esta campaña) se merecen un monumento.

Dos puntos, obra de Unicaja, en dos minutos y medio de partido. Ambos conjuntos se empaparon del sopor, de la ausencia total de un ambiente medianamente propicio para un encuentro ACB. El aspecto de las gradas era desolador y los jugadores en pista no podían por menos que imbuirse y mimetizarse con el entorno, haciéndose intrascendentes.

En aspectos puramente deportivos, entre Unicaja y CB Valladolid, se combinaron para dos canastas en juego e innumerables lanzamientos errados durante los primeros cuatro minutos de choque. La defensa local no existía, probablemente influida por la presencia de Andjusic, y los malacitanos se nutrían de rebotes ofensivos con una facilidad pasmosa. La entrada de Iván Martínez dotó de algo más de intensidad a la zaga morada y de circulación a la hora de atacar, con lo que la imagen dio un pequeño salto cualitativo. el resto de variaciones, todas en el primer cuarto, dieron buenos réditos a Ricard Casas, especialmente la entrada de Armon Johnson y Lamont Mack, cuya electricidad y agresividad de cara al aro cambiaron la cara del equipo. Por cierto, otro de los que salieron desde el banquillo fue el inédito Wihjalmsson.

El segundo cuarto volvió a poner en valor la gran diferencia existente entre ambos conjuntos. A Unicaja le costaba cada vez menos anotar y las ideas de los locales se reducían a buscar individualidades. La presencia en pista de Wihjalmsson y Andjusic no ayudaba a la circulación de pelota y los incontables recursos de los de Joan Plaza encontraban siempre la manera de anotar. En el ecuador del segundo periodo, la ventaja malagueña superaba ya la decena (24-35). Desde el banquillo, Ricard Casas rotaba y rotaba, sin dar tiempo a los jugadores a asentarse en la pista, haciendo prácticamente imposible encontrar un ritmo de juego. Mientras, Txemi Urtasun, Ryan Toolson y compañía se ponían las botas con tiros de media distancia que hacían mucho daño a los morados, mientras que, en defensa, no permitían frivolidades al CB Valladolid, más allá de algunos triples aislados.

El inicio de tercer cuarto que hizo el conjunto morado no pudo ser mejor: triple de Mack y penetración suicida llena de clase por parte de Drenovac que llevó el marcador a los diez puntos de desventaja. Todo ello ayudado, por supuesto, de una buena dosis de intensidad defensiva. Pero ese oasis se quedó en eso y Unicaja volvió a apretar, con un Fran Vázquez inmenso, lo que le permitió correr al contraataque y anotar canastas muy fáciles. Demasiado fáciles.

El final del tercer período y el inicio del último fueron el remate para el CB Valladolid: los jugadores bajaron los brazos y los de Joan Plaza comenzaron a gustarse, tanto en estático como en transición. Los casi treinta puntos que acumuló Unicaja a falta de diez minutos dejaba el encuentro visto para sentencia. Esta nueva derrota, no por esperada, hace menos daño: la imagen del equipo, volviendo a la falta de ánimo que apuntaba Casas, y la imagen de la grada, vacía y silenciosa, resignada a esta negra convivencia, son el fiel reflejo del hastío y del pesimismo que ha rodeado, entre otras cosas, la temporada del CB Valladolid.

65 - CB Valladolid: Pozas (4), Andjusic (7), Drenovac (9), Mack (13), Haritopoulos (8) – cinco inicial – Manzano (2), Wihjalmsson (2), Martínez (2), A. Johnson (12), O. Johnson (6)

106 - Unicaja: Granger (8), Dragic (15), Kuzminskas (13), Caner-Medley (13), Vázquez (9) – cinco inicial – Sabonis (8), Vidal (-), Urtasun (11), Calloway (2), Suárez (5), Toolson (13)