58-87: Un equipo de media hora

Pese al bajón de calidad sufrido por Baskonia en los últimos años, ningún analista baloncestístico local debería haber pensado que había posibilidades de que el CB Valladolid se llevara la victoria ante los de Sergio Scariolo. Los locales van con la soga al cuello, muy justos de preparación y conocimiento entre ellos y, así, se antoja imposible competir en ACB.

El comienzo fue muy lento y con muchos fallos. Ni vascos ni pucelanos encontraban una fluidez de juego apropiada para ver canasta con facilidad y el ritmo acelerado ofrecía un espectáculo frenético. Eso sí, la sensación parecía favorable para el CB Valladolid hasta que Nocioni y Jelinek afinaron puntería desde el 6.75 para poner por delante a Baskonia. En este primer cuarto se pudieron apreciar las señas de identidad de la escuadra morada: brega, pelea y esfuerzo. Y todas ellas las encarna a la perfección Dimitris Haritopoulos. El griego no da por perdido un balón para, en ataque, aportar lucha y calidad. Gracias a él y a Jason Rowe, que debutaba con su nuevo equipo, el CB Valladolid sobrevivía a los triples de Mainoldi.

Si el final del primer cuarto lo protagonizaba el italo-argentino, el segundo parcial era propiedad de Jason Rowe. Un triple y una asistencia a Haritopoulos iniciaba un parcial que cerró Andjusic para empatar el partido (20-20 min. 12). Precisamente sería el serbio el que se echaría el equipo a la espalda con acciones ofensivas en las que siempre sacaba réditos positivos. Una vez que volvió al banquillo, el CB Valladolid se descompuso. Sólo un mate de Sinanovic en jugada individual levantó al público, que veía como Laboral Kutxa abría diferencias progresivamente a base de triples y del dominio en el rebote ofensivo. En los últimos minutos del segundo cuarto, la diferencia rondaba los catorce puntos y los fallos en el lanzamiento de Vasilopoulos, Wright y Johnson permitían a los baskonistas marcharse al descanso con una amplia ventaja en el marcador (24-40 min. 20).

Tras el paso por vestuarios, Baskonia se propuso cargar el juego ante una de sus potenciales ventajas: Tibor Pleiss. El alemán se hizo fuerte en la zona y ninguno de los pívots morados pudieron frenarlo. Mientras, en defensa, los vitorianos no tenían más que limitarse a recoger los rebotes que escupía el aro, consecuencia del nulo acierto local. Con todos estos condicionantes, el +20 no tardó en aparecer en el electrónico de Pisuerga.

Como suele pasar con los equipos que van con lo justo, como es el caso del CB Valladolid, los arreones anotadores, protagonizados en este caso por Johnson, Andjusic y el de siempre, Haritopoulos, eran contestados por canastas demasiado fáciles de los jugadores baskonistas, especialmente de Diop en el tercer cuarto. Los cambios de Ricard Casas apenas surtían efecto en un equipo que fue ametrallado, literalmente, desde el triple. Ya fuera con Nocioni, San Emeterio o Mainoldi, Laboral Kutxa basó su victoria en el 6.75, aprovechando la dificultad, o imposibilidad, de los morados a la hora de defender esos lanzamientos.

Los minutos finales del partido se convirtieron en un “quiero y no puedo” por parte local, con los de Sergio Scariolo gustándose, jugando a placer y dando minutos a los menos habituales. Partido de dura realidad para un equipo como el CB Valladolid, que no da el nivel necesario para competir en ACB ante equipos de la parte media-alta de la tabla. Los americanos son jugadores de rotación que no resultan decisivos (aspecto que se le debe pedir a un extracomunitario) y sólo jugadores con hambre, como Haritopoulos, Johnson o Suka-Umu están dando un buen rendimiento. 

58 - CB Valladolid: Wilhjalmsson (4), Suka-Umu (2), Wright (-), Vasilopoulos (4), Haritopoulos (22) – cinco inicial – Martínez (-), Sinanovic (2), Johnson (7), Andjusic (12), Rowe (5), Izquierdo (-)

87 - Laboral Kutxa: Hodge (2), Jelinek (9), San Emeterio (15), Nocioni (13), Pleiss (6) – cinco inicial – Mainoldi (9), Van Oostrum (-), Diop (9), Kaukenas (9), Heurtel (7), Kelati (-), Bjelica (8)