51-49: El trofeo se queda en casa
El primer cuarto arrancó marcado por los nervios. La Flecha volcaba su juego en el lanzamiento exterior, mientras que Cáceres aprovechaba su ventaja de centímetros para atacar la pintura. Las defensas dominaban sobre los ataques y esa circunstancia se pudo ver reflejada en el pobre marcador al final de los primeros minutos (9-13).
Los locales, ante la igualdad, subieron la línea de presión en los segundos diez minutos, cambiando a una defensa individual, pero los cacereños seguían por delante en el marcador. Los lanzamientos desde el perímetro comenzaron a ser más imprecisos por parte local, mientras que a los jugadores de Cáceres se les iba calentando la muñeca desde todas las posiciones (13-20) en el minuto 14.
El partido entonces se volvió un correcalles repleto de errores por ambos mandos. El cansancio empezó a hacer mella en Cáceres; los rebotes defensivos y de ataque ahora eran de La Flecha, merced a la labor bajo los aros del pívot Álex. Volvía la igualdad en el electrónico (22-22) a dos para el final.
Faltaba poco tiempo para el descanso y los nervios volvieron a aparecer en la pista. Dos pérdidas consecutivas de La Flecha pusieron de los nervios a su entrenador, que se vio obligado a pedir tiempo muerto. Al final, Cáceres se marchaba al vestuario con una pequeña ventaja de cuatro puntos (24-28)
En el tiempo de resuello, un espectador de lujo; Gustavo Aranzana, comentaba con parte del público sus impresiones sobre lo que se llevaba de partido. Un choque que en el tercer periodo se puso todavía más interesante. Los jugadores de ambos bando afinaron su puntería y los errores desaparecieron. Eso hizo que el marcador reflejara un ajustado 37-38 a dos minutos para el término del cuarto.
Las defensas se volvieron más agresivas sabedoras de lo que estaba en juego, y entraron en liza otro elemento importante en todo partido de baloncesto; los tiros libres. Ni La Flecha ni Cáceres estuvo acertado y se entró en el tramo final con un ajustado 41-39.
El choque entraba en su último cuarto con las espadas en todo lo alto. El público se puso a tono de la tensión y daba a La Flecha el punto extra de intensidad para escaparse en el marcador. Pero Cáceres no se iba a dar tan fácilmente por rendido y tiró de coraje para acercarse en el marcador.
Los dos técnicos decidieron apostar por el juego de la pintura buscando el contacto y la brega, armas indispensables para meter a los jugadores en un partido. La igualdad seguía campeando en el electrónico transcurrida la mitad del cuarto (49-47).
Se entraban en los minutos decisivos con el juego interior de ambos conjuntos cargado de personales, por lo que el juego se volvió mucho más directo. A los junior les empezaron a entrar de nuevo los nervios y los brazos se les encogían. El aro tanto para La Flecha como para Cáceres se hizo más pequeño y el tanteo entraba en el último minuto con tablas a 49 puntos.
La bola era para los cacereños que circulaban con rapidez ante la asfixiante defensa local. Pero fue David quien puso por delante a los suyos ante el jolgorio de la grada. En la siguiente jugada la pelota le quemaba a los jugadores de Cáceres y, a falta de 33 segundos, La Flecha tenía posesión para acariciar el triunfo.
Una buena defensa de los visitantes devolvió el balón a Cáceres en lo que preveía un final agónico. La Flecha decidió defender sin falta y la táctica le salió a la perfección dado que el base cacereño erró en la penetración y en la siguiente jugada, a dos décimas para el final, el palmeo a saque de fondo se salió del aro y la I Copa Bohío se quedó en casa.
Parciales: 9-13 / 24-28 (descanso) 41-39 / 51-49