Puñetazos, saltos y muchas risas

9 de Marzo de 2016

Escrito por

Marcos Lorenzo

Boxeo y rugby, una extraña combinación que resultó de lo más entretenida para todos los deportistas participantes. Y no solo hubo risas, porque los chicos de Juan Carlos Pérez sudaron la gota gorda. Las eléctricas rutinas de los boxeadores no son lo que más se parece a los entrenamientos habituales de los chamizos, y muchos jugadores lo notaron. Pero todos hicieron piña, que al fin y al cabo, era lo más positivo que se podía sacar de esta atípica tarde.

Con casi toda la plantilla de El Salvador y doce boxeadores, el calentamiento empezó con intensidad. Saltando de puntillas, unos con más ritmo que otros, desplegaron el repertorio de puñetazos que Domingo Rodríguez les exigió. No había acabado el tiempo para ponerse a tono, y los brazos de más de un blanquinegro perdieron la guardia. Algo que es totalmente lógico para los que con esta cita se iniciaban en este deporte. Pero, no todos los chamizos eran nuevos en estas lides. Matt Foulds se sentía como pez en el agua, y es que en su adolescencia practicó el boxeo.

Acabado el calentamiento, el técnico del Club Boxeo Valladolid mandó a todos a por lo más básico, los guantes. Era momento de que los chicos se metieran en faena. Mientras algunos como Sánchez de la Rosa y Antoine Sánchez se divertían, los gigantones como Mamea o Borsak sufrían para mantener el ritmo de el resto del grupo. El sudor ya empezaba a hacerse evidente en la ropa de los rugbiers, y ya tocaba cambiar de tercio.

Los más de 30 deportistas se dividieron las tareas. Un grupo turnaría los saltos a la comba con los puñetazos a los sacos, mientras el otro practicaba en parejas. Los habituales del gimnasio dejaron atónitos al resto con su agilidad y coordinación con la cuerda. Naturalmente, muy pocos blaquinegros pudieron seguir su ritmo de salto. Hay que destacar el excelente compañerismo del que hicieron gala tanto boxeadores como futbolistas. Como compañeros de ejercicios, vimos extrañas duplas como la formada por Joe Mamea y el campeón de España de peso ligero, Salvador "Salvi" Jiménez. Las diferencias de tamaño y peso no fueron impedimento para nadie.

En la plataforma elevada sobre la que la prensa pudo ver el entrenamiento, Juan Carlos Pérez estuvo acompañado por sus pupilos: Manu Serrano y el francés Zebango. El delantero español tendrá que reposar al menos tres semanas por la rotura fibrilar que sufrió contra Complutense Cisneros. El ala del país vecino tiene problemas en el gemelo, pero su pronóstico es más favorable. Tal y como empezó el entrenamiento, con muy buen rollo, boxeadores y jugadores de rugby se despidieron y se desearon suerte en sus respectivas disciplinas.