Partido de alevines entre El Salvador y Palencia
Partido de alevines entre El Salvador y Palencia
Partido de alevines entre El Salvador y Palencia
Momento de descanso para almorzar.
Los jabatos del VRAC posan con sus entrenadores
Rugby  |  VRAC Quesos Entrepinares

El sol acompaña a las familias del mundo oval

21 de Febrero de 2011

Sol y rugby, el binomio perfecto para los que jugaban en los campos de Pepe Rojo y para las familias que les acompañaron. Buen ambiente, juegos, risas y compañerismo es lo que se respiraba en la III concentración de escuelas de rugby, organizada por el VRAC Quesos Entrepinares.


25 equipos de cuatro clubes de la región (los dos de Valladolid, VRAC y Cetransa El Salvador, Palencia y León), formados por chavales de 4 a 16 años que vienen en general a jugar y pasarlo bien, como explica Jorge Gañán, coordinador de la cantera del VRAC. "Nos juntamos cuatro veces al año, cada club organiza una concentración, y aunque el resultado es lo de menos, los partidos son clasificatorios para una final que será en abril".


"Cuanto más pequeños, más padres hay", es una máxima que se cumple. Pocos familiares acompañaban desde las gradas a los infantiles y sin embargo, numerosos padres y hermanos animaban a los jabatos que jugaban en los campos nuevos. "Me gusta el rugby, y me gusta mucho venir a verle, así que venimos siempre mi mujer y yo, además hay muy buen ambiente entre los padres", asegura José Javier, padre de Hugo, de 7 años, jabato del VRAC que hace tres años ya que les dijo a sus padres que prefería el rugby al fútbol.


Un pequeño se acerca y le dice a uno de los directivos del VRAC, Hernando Calleja, "hemos perdido", pero él le dice que eso no importa y le hace sentirse orgulloso de haber conseguido el primer ensayo. "En el rugby se fomenta mucho la amistad y el trabajo en equipo, les inculcamos mucho que no vale que uno sea muy bueno, que tienen que ir todos juntos y ayudarse", comenta Calleja de los famosos "valores del rugby".


También añade satisfecho que "se portan especialmente bien" que para los niños los viajes a torneos y dormir en un hotel es toda una aventura: "es una experiencia que les da confiaza en sí mismos, les forma como personas", asegura. Los padres también son una pieza básica en este engranaje, Calleja dice que "hacen lo que se les pide", ayudar y colaborar con el club y con los niños.


Todos coinciden que una jornada soleada es perfecta para un día de concentración de escuelas. "Normalmente venimos a pasar frío", dice José Javier, "pero si hace bueno, venimos toda la familia a ver al niño, y somos cinco", explica. Además, luego suelen quedarse a comer con lo que han preparado entre todos. No es el caso esta vez, puesto que la jornada termina a las tres de la tarde y "hay clubes que tienen que desplazarse", explica Gañán. Ya tienen en el calendario marcada la próxima fecha: en marzo, toca León.