Nos ha dejado uno de los nuestros, Angel María de Pablos, uno de los mejores
Creo que fuiste tu el que, entre otras tantas cosas, me enseñaste que los periodistas no debemos escribir en primera persona, pero hoy no puedo seguir la norma.
Hace más de 50 años comenzaba mi andadura en prensa en ese experimento premonitorio de Emilio Romero que fueron las ediciones regionales del Diario Pueblo. Lo corto de la plantilla nos llevaba a escribir a todos sobre todos los temas, pero a mi me tocó especializarme en deporte y el buen tino del mi director, Javier Rodrigo, me sugirió que entrevistara a uno de los, ya por aquel entonces, grandes de la profesión, que te llamara y te pidiera una entrevista.
A mis 20 añitos y no teniéndolas todas conmigo del éxito de mi encomienda te fui a ver a la Caja de Ahorros en la que complementabas tus ingresos como otros tantos periodistas, te propuse la idea y tu accediste a atender al pipiolo.
Siempre recordaré tu capacidad de dirigir la entrevista sin que se notara, de ser comprensivo, de en las respuestas dar pie a la siguiente pregunta, de ser en definitiva la buena persona que siempre has sido.
En el transcurrir de los más de 50 años que he gozado de tu amistad siempre he tenido la sensación de que estar a tu lado era aprender, aprender de lo mucho que sabías de deporte, de lo mucho que sabías de teatro, de lo mucho que sabías de poesía, pero sobre todo aprender (si es que esto se puede aprender) de tu bonhomía, de lo mucho que te quería la gente.