Sin presión no hay paraíso
Presión voraz y constante a la hora de robar la pelota en el campo contrario. Si no, su estilo de juego se desmorona como un castillo de naipes. Una filosofía que está convencido puede ser la que consiga que el Real Valladolid agrade y gane enteros en su trasunto hacia el paraíso que simboliza el ascenso. Eso provoca que el semblante tranquilo y cercano del serbio se torne crítico a más no poder.
Dio buena cuenta de ello en la rueda de prensa posterior al partido de este pasado domingo ante el Girona (1-1). Un encuentro en el que, según las crónicas de los compañeros (un servidor no pudo visionarlo, todo sea dicho, al estar ocupado con el partido de baloncesto de la Copa Castilla y León), el equipo perdió parte de la energía eléctrica que había transmitido en anteriores compromisos a la hora de obstaculizar la salida del balón y volvió a ser "largo", como en la primera parte del encuentro ante el Córdoba.
Parsimonia que Djukic detesta. "Si nos creemos más que nadie no vamos a ningún lado. No hemos jugado como un bloque. No presionamos arriba como en otros partidos y eso condicionó al equipo. Cuando te pones la camiseta del Valladolid, que es un club grande, lo mínimo que tienes que dar es actitud e intensidad. Como hoy no lo hicimos, el máximo culpable soy yo", declaró en la rueda de prensa posterior al choque.
Un tipo de declaraciones que no son nuevas. Tras el partido amistoso ante el Numancia en Burgo de Osma, el serbio, quizás no tan duro, apuntó en un sentido similar. Por aquel entonces, perdió por 2-1 ante el conjunto soriano, mientras que ayer arañó un empate que el técnico ni siquiera valoró positivamente.
"El empate me sabe fatal. Jugamos un mal partido. No tocamos el balón ni nada y perdimos todas las disputas individuales. Menos mal que no estaba Del Bosque en el partido porque habría convocado a varios jugadores del Girona para jugar con la selección", bromeó con rabia el preparador del Real Valladolid, sensiblemente molesto con la actitud de sus jugadores.
De este modo, y para concluir, el técnico agregó: "En Segunda los partidos se disputan con intensidad y nosotros no lo hemos hecho. Por eso solo hemos podido empatar el partido. A estas alturas da igual empatar o perder. Lo que buscamos es conseguir puntos a través de una buena actitud. Aquí no se puede relajar nadie. No merecimos tanto. El punto ha sido bastante".
Ahora, resta ver si la plantilla ha captado el mensaje e, incluso, si las malas sensaciones que Djukic fotografió pasan factura a algunos de los jugadores que actuaron en tierras catalanas.