Uno de los encuentros disputado en la temporada pasada.
Uno de los encuentros disputado en la temporada pasada.
Uno de los encuentros disputado en la temporada pasada.
Fútbol  |  Previa Superliga

Cuatro partidos y un descenso de por medio

12 de Marzo de 2011


Al Real Valladolid Femenino se le acaba el tiempo. La Superliga finalizará en tan solo cuatro jornadas o lo que es lo mismo, quedan únicamente doce puntos en juego. Doce puntos que –hipotéticamente- de ganarlos todos, las vallisoletanas aún lo tendrían muy complicado para salvarse, puesto que el Lagunak (rival que ocupa en el cuarto puesto el límite entre la Primera División y la Segunda) depende de sí mismo y una victoria de éste dejaría al RVF matemáticamente sin opciones.


Realmente, nadie cree en la permanencia. Ni la directiva, ni los técnicos, ni las jugadoras y ni mucho menos los aficionados, que se han tenido que resignar demasiado pronto a este hecho. Quizás, se dejó de creer en el momento en que la RFEF anunció (cambiando lo anteriormente propuesto cuando le vino en gana) que la temporada 2010/11 finalmente si tendría descensos. Pudo ser en ese momento cuando las blanquivioletas se vieron destinadas a una división menor, ya que jornada tras jornada iban encajando goleadas sin poner demasiado empeño en que no ocurriera así.


Y es posible, que lo mejor y lo más justo que le pueda pasar al RVF es que baje. Lo más justo pensando en los clubes y equipos que durante años han apostado por el fútbol femenino y han luchado por ganarse una plaza en la liga más alta. Estos clubes vieron como de dos años para acá, se cambiaban las normas desde la Federación y todo aquel club que tuviera un equipo en la Primera División masculina se ganaría (sin sorteo alguno) un puesto en la Superliga femenina, dando la espalda al esfuerzo que muchos otros habían conseguido por méritos propios.


Explicado lo de la justicia, nos queda centrarnos en por qué el descenso es lo mejor para el Valladolid. Durante dos años, el equipo blanquivioleta ha demostrado no poseer la calidad suficiente para esta competición. Tampoco se ha sabido gestionar de la mejor forma, puesto que el femenino siempre se ha entendido como un equipo menor. De la noche a la mañana no se crea un grupo con ciertas posibilidades y mucho menos si el rigor para formarlo consiste en juntar a jugadoras (la mayoría vallisoletanas) que se habían quedado sin equipo y fichar tres internacionales, como si de un lote 3x1 se tratase.


Se ha demostrado que la Superliga supera al RVF, pero seguramente en una Segunda División pueda mostrarse más competitivo y encontrarse con rivales a los que se dirija de tú a tú. Bajar a lo que ahora se denomina Nacional no debería verse como una derrota, puesto que la liga es muy digna y contiene grandes equipos. Además, las expectativas de las blanquivioletas no se verían tan sobrevaloradas como están ahora. Por otro lado, en una categoría más baja las futbolistas se encontrarían más a gusto. Las menores cogerían experiencia y una base antes de dar –si se llegase- el gran salto. La moral no estaría tan por los suelos y las chicas podrían disfrutar jugando al fútbol, algo que ahora es bastante improbable que ocurra puesto que los gestos y las decepciones vividas en el campo así lo confirman.


Pero antes de que todo esto llegue, aún quedan cuatro partidos para hacer frente. Cuatro partidos antes de que se acabe el suplicio. Cuatro partidos en los que demostrar (al margen de resultados) la evolución de las vallisoletanas. Quizá sean los cuatro últimos partidos de un equipo con el que no cuenta con demasiado apoyo por parte de los de arriba. Esta incógnita se desvelará cuando finalice la temporada.


De momento, el primer rival será nada menos que el Lagunak. Un equipo muy conocido y también muy temido. Hasta ahora, las navarras y las vallisoletanas se han enfrentado en cuatro ocasiones, de las cuales, en todas ellas han hecho diana las primeras. El descenso y la historia comienzan en este partido.