El Dismeva es recibido con todos los honores

León de la Riva, rememoró, con cierto tono melancólico, su etapa como jugador de hockey sobre patines, mientras cursaba sus estudios universitarios. Sin embargo, reconoció que la final de la Copa del Rey fue su primera experiencia como espectador en un deporte que le dejó fascinado: “El otro día fue la primera vez que vi un partido en hockey línea. Una de las virtudes de este deporte es que es muy rápido y muy ágil”, manifestó el alcalde, que quiso destacar el ambiente que se respiraba en el Polideportivo de los Cerros: “Lo importante el otro día no era quien estaba en el palco, sino cómo estaba el pabellón. Había familias enteras allí viviendo el partido con un fervor tremendo”. 

Por su parte, el "culpable" de la exitosa trayectoria del CPLV, Ángel Ruiz, destacó el buen hacer de la organización y la gran afluencia del público, a la vez que agradecía a sus jugadores y a sus jugadores el esfuerzo realizado para que el Dismeva continúe su impresionante crecimiento: “Eran dos títulos muy difíciles de revalidar, pero quiero resaltar el éxito de la organización del evento. Es un punto de inflexión para que el hockey línea se haga un hueco, que ya se merece por los seguidores que tiene”, declara. 

Sin hipotecas ni planes viviendas, pero con la misma ilusión de la pareja de jóvenes que esperan las llaves de su nuevo nidito de amor. Con esa impaciencia espera el club la finalización de las obras de la que será su nueva casa, ubicada en Canterac. 

La gran respuesta del público en las finales de la Copa del Rey y la Copa de la Reina superaron las espectativas de un deporte que va ganando adeptos en la ciudad. “Los Cerros estaban al máximo de sus posibilidades y hubo gente que se quedó fuera sin ver la final”, afirma Ángel Ruíz. Mientras los triunfos se celebran en los Cerros, directiva, entrenadores y jugadores del club miran hacia el barrio de las Delicias, donde poco a poco la nueva casa del Dismeva va tomando forma, como afirma el entrenador del CPLV: “Antes de verano estará terminado la segunda fase de la pista de Canterac. De cara a movernos como club allí está más complicado. Tiene que estar terminada la tercera fase, que es la grada, y entrenar allí y jugar en los Cerros sería un handicap para nosotros, porque no se puede entrenar en una pista grande, que te adaptar a un estilo de juego y luego jugar en una pequeña”. 

No obstante, la ambición es una virtud necesaria para un club con las miras tan altas como las del Dismeva y su futura residencia se puede quedar pequeño si la proyección del club continúa caminando por su línea ascendente: “El pabellón de Canterac es una solución necesaria para poder crecer, pero después de los últimos partidos, el aumento de los abonos... un graderío para mil personas nos va a durar cuatro años, porque luego vamos a tener el mismo problema”, afirma Ángel.  

El entrenador del Dismeva ve desde su nube cómo lo que hace diez años era un pequeño proyecto se está convirtiendo en un pequeño gigante, con un nombre que también crece año tras año, y esos frutos se pueden recolectar en el trabajo diario: "Hemos pasado de hacer una labor de búsqueda de jugadores a que los agentes y los jugadores se ofrezcan. Yo tengo claro que no me voy a volver loco con los jugadores extranjeros, primero por la cuestión económica y segundo por respeto a la cantera”, y es que, en la base se encuentra la llave del triunfo de este equipo campeón.