Antón gana la etapa reina
Iñigo Torres, enviado especial
Todo estaba preparado para el recital de Alberto Contador pero al madrileño le salió un Igor Antón "respondón". El corredor del Euskaltel plantó cara y demostró que, por suerte, el ciclismo español no sólo vive de las gestas del de Pinto. Y no sólo él, Ezequiel Mosquera (Xacobeo) y Mauricio Soler (Caisse) también dieron batalla al líder del Astaná y dejaron la resolución de la vuelta para la contrarreloj de este sábado en Ponferrada, donde Antón defenderá los trece segundos conseguidos en la cima del Morredero frente a los tres perseguidores.
Un cuarteto de lujo que protagonizó los últimos kilómetros de una etapa marcada por la lluvia y donde se sucedieron los intentos de escapada, sin que ninguno pudiera superar el marcaje del Astaná. El equipo de Contador quería llevar a su jefe de filas a las primeras rampas del último puerto de la jornada y lo consiguió, aunque fuera a costa de llevarse todos los intentos de fuga que se sucedieron desde el primer kilómetro. Además, había que ser muy valiente para afrontar en solitario una etapa que comenzó con lluvia en León, volvió a llover en Astorga y recibió a los corredores en el Morredero también con el líquido elemento como inesperado protagonista.
En esa última ascensión el primero de los importantes en romper las hostilidades fue el gallego Ezequiel Mosquera, y el primero en confirmar que no estaba para esa guerra fue Denis Menchov. El líder del Rabobank se quedó a las primeras de cambio mientras que el gallego obligó a la reacción de Contador y Antón, y juntos se fueron para la cima.
Luego llegaría el colombiano Soler, que intentó sorprender desde atrás, pero al final todos se dieron cuenta que el enemigo a batir era el madrileño, por lo que los ataques se simultaneaban en perfecta coreografía, hasta que Contador cedió en el definitivo de Antón. Un salto a kilómetro y media para la cima que le dio al ciclista vizcaíno trece segundos de diferencia con respecto al trío perseguidor, y que valen su peso en oro ante la contrarreloj de quince kilómetros de Ponferrada. Eso sí, Contador no ha dicho su última palabra.