Con Blanca Fernández Ochoa en el recuerdo
Quince rosas escoltaron el acto más importante de la octava edición del trofeo de rugby femenino contra la violencia de género. Rosas blancas en recuerdo de la anterior madrina de este campeonato que reúne a la familia chamiza y a autoridades políticas y gran parte del deporte vallisoletano con un mensaje de igualdad y a la vez de lucha contra esta lacra que este año ha acabado con la vida de 41 mujeres y 3 menores. Blancas como Blanca Fernández Ochoa, la esquiadora que hace pocas fechas nos dejaba y abría también un vacío en este campeonato al que se vinculó con todas sus ganas. No en vano, el manifiesto de esta presente edición, leído en esta ocasión por la madrina inaugural Pilar Fernández Valderrama, fue el mismo, rescatado, que la propia Blanca se involucró personalmente a su redacción como madrina también de la pasada séptima edición.
Antes, el presidente de El Salvador CR, Santi Toca, leyó también la declaración de igualdad por la que todos los equipos, todos los jugadores y jugadoras de cualquier edad se comprometen a poner todo de su parte por hacer que esta sea parte de su emblema y hacernos mejores e iguales día a día.
Luego llegó el turno a las jugadoras, al torneo, pero lo más importante estaba hecho: Siete equipos femeninos de División de Honor (CR Majadahonda, Olímpico de Pozuelo, CRAT Coruña, XV Sanse Scrum, XV Hortaleza, Pingüinos Rugby Burgos, además de El Salvador) y otros ocho de categoría regional (CRAT Coruña B, Sanse B, Majadahonda B, Gijón RC, VRAC Quesos Entrepinares, ULE León, el Salvador B y Salamanca CR) participaron en esta octava edición del trofeo de rugby femenino contra la violencia de género. Ganaron todas y todos.