Anna Pujol: Cumplo un sueño, correr con profesionales
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La ciclista vallisoletana ficha por un conjunto vasco
Anna Pujol: Cumplo un sueño, correr con profesionales
3 de Enero de 2017
Se reenganchó a la bicicleta hace dos años. Por orgullo, reconoce. Y hoy ya sabe que, esta temporada, disputará pruebas del calendario profesional con su nuevo equipo, el Bizkaia-Durango. Anna Pujol prepara la que va a ser la temporada más importante de su corta carrera. De salir a dar paseos de vez en cuando a medirse con la elite mundial del ciclismo femenino. Un sueño. Ahora sí, el ciclismo vallisoletano puede decir que tiene profesionales en todas las disciplinas: su hermano Óscar Pujol, Rodrigo Araque, Fernando Grijalba y Edgar Nohales y, ahora, ella.
Para mí es cumplir un sueño. Estar en un equipo como el Bizkaia-Durango, el que más prestigio tiene de España, es algo que siempre deseé pero que nunca pensé que pudiera llegar a darse, reconoce la vallisoletana que cada vez que mira el calendario se le escapa una risa nerviosa. Es que participan en pruebas con un nivel increíble, con los mejores equipos y las mejores corredoras del mundo, reflexiona para contener la respiración y reconocer con voz firme que se tendrá que ganar el puesto con el resto de sus compañeras para poder estar allí.
Y para eso trabaja. Este es su invierno más serio desde que está en el mundillo. Ya el pasado lo hice bien y de ahí que notara esa progresión que me ha llevado hasta aquí. Pero este año estoy siendo mucho más estricta, con entrenamientos programados y específicos, algo no había hecho hasta ahora y que creo que me ayudarán a mantener mi progresión, explica.
Su paso por el ciclismo ha sido intermitente. Empezó con ganas y destacando en categorías inferiores, hasta que decidió abandonar la bicicleta, si bien nunca se le quitó de la cabeza. Siempre he estado rodeada de ellas. Mi padre fue profesional y ahora es mecánico-masajista del Astana. Mi hermano corre en Japón después de haber estado en varios equipos ProTour. El vínculo siempre ha estado ahí y aunque estuve unos años sin coger la bici, siempre salía un par de veces hasta que hace dos años me entró el gusanillo otra vez, lo comenté en casa, no me tomaron muy en serio y, por orgullo, volví, resume.
Después de dos años con una gran progresión, de no acabar una carrera he pasado a estar en varias carreras en el grupillo de las buenas, el Bizkaia-Durango se fijó en ella. Cuando empecé de cero pensaba como una ilusa entrar en la española y correr fuera de aquí, pero cada vez que llegaba y corría una carrera se me iba rápido de la cabeza porque no era capaz de coger ritmo ni de superar mis miedos en las bajadas. Sin embargo, poco a poco me fui superando, empecé a entrenar de forma más continuada y al final de año ya corrí con la selección en Madrid y me llamó el Bikzaia, así que he cumplido dos sueños que ahora no quiero dejar escapar, apunta.
Y en eso está, entrenando más duro que nunca para poder estar en las carreras de mayor nivel que afronta el equipo vasco. Pero, de momento, el reto de haber cumplido un sueño ya no se lo quita nadie.