1-1: Último sorbo

Juami adelantó al equipo vasco en el minuto 12 al rematar de cabeza, entrando desde atrás, un centro perfecto de Yuri, y Mikel, al desviar a gol en propia puerta un centro de Álex López en el minuto 44, anotó el que sería el definitivo tanto del empate.

El Real Valladolid sólo tuvo una ocasión –una gran ocasión- para haber puesto contra las cuerdas a la Real Sociedad. En el minuto 76, Raúl de Tomás, que cuajó un gran partido, se fue a por Rulli, pero el arquero argentino, en el césped, sacó el balón al delantero; el esférico fue a parar a Jose, cuyo tiro desde fuera del área con la zurda salió alto. Ésta y otro buen disparo tras una gran jugada del propio Raúl de Tomás en el minuto 20 fueron las llegadas más peligrosas del Pucela.

Para plantar cara a una Real Sociedad que quiso ganar sin hacer el máximo esfuerzo, el Pucela se vio obligado a un trabajo encomiable. Desde los laterales, que se desdoblaron mucho por las bandas, hasta los centrales, siempre atentos a las llegadas realistas; pasando por un centro del campo blanquivioleta poblado, solidario en el trabajo y que en algunas fases movió el balón con mucha clase; y cerrando con un Raúl de Tomás que dejó en la punta del ataque destellos de su gran talento, el Real Valladolid dejó un buen sabor de boca en Anoeta.

Por supuesto, la Real Sociedad, que planteó un partido limpio, jugando y dejando jugar, y pensando más en una eliminatoria controlada que en ganar a toda costa el partido –salvo en el arreón final del encuentro-, fue superior al Pucela, pero ni mucho menos por la diferencia de categoría que se le presupone a un equipo de Primera frente a uno de Segunda, que, hoy por hoy, es mucha.