Héctor del Caño castiga la cara de su rival. FOTOS: Mariano González
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El ring de las maravillas
7 de Junio de 2014
El futuro del pugilismo vallisoletano salía a escena en el frontón de Soto de Medinilla. El menú de la I Liga de Valladolid estaba listo para presentar un suculento listado de platos aptos para todos los gustos. Sobre el cuadrilátero desfilaron todos los estilos de boxeo que un aficionado podía disfrutar. Un abanico que animó la noche en el Barrio España.
Las primeras en abrir fuego fueron las chicas, donde Belén de Anta, del Cdo Covaresa no pudo poner freno al inicio atómico de la burgalesa Elena Rueda. La púgil del Amigos del Boxeo de Burgos saltó al cuadrilátero con las pilas cargadas, y desorientó a la representante vallisoletana que cuando quiso pasar al ataque se encontró con la buena respuesta de Elena, más despierta en las salias del clinch. Fue ella la que se llevó el combate a los puntos. La noche no comenzaba con buen pie para los intereses vallisoletanos.
No duró mucho el mal sabor de boca. El pupilo de Bernardo "Diablo" Marbán salió a escena para demostrar que la falta de experiencia la solventa con grandes dosis de carácter y calidad. El vallisoletano miró a los ojos a un imponente Vasile Muntean para dedicar uno de los mejores combates de la noche. Varela salió dando un paso adelante y sacó el guante a pasear en el momento propicio para hacer inútiles las rápidas esquivas del púgil del club segoviano. Reaccionó Vasile, que intentó acorralar a Manuel. El vallisoletano supo reaccionar al torbellino y presumió de bravura para llevarse el combate a los puntos.
La tercera parada de la velada la firmaron Mohamed Ahmed y Andrés Mauricio, del Amigos del Boxeo de Burgos. Los puntos volvieron a ser jueces del combate y de nuevo la balanza cayó del lado vallisoletano después de un comienzo en el que los ataques rápidos de Mohamed chocaban con el mismo estilo que el burgalés, que intentó salir del acoso del boxeador local buscándole las cosquillas con algún gancho. Aún así, Mohamed supo no perder el centro del ring y llevarse el combate.
Turno para Fernando Gómez y Stoyan en el ecuador de la velada. El boxeo de oficio de Stoyan no fue suficiente para derrocar a Fernando, que metió al púgil del Fight Club de Segovia hasta tres veces contra las cuerdas. De nuevo, los puntos decidieron, a favor del vallisoletano.
En el primer duelo vallisoletano-vigués de la noche, Héctor del Caño barrió a Javier Arujo de la lona en el primer asalto. Intentó rehacerse el gallego, y cuando mejor estaba combatiendo apareció el guante azul de Héctor para regalarle un directo y comenzar un tercer a salto a ráfagas entre ambos boxeadores que terminó con el vallisoletano redondeando la alegría local.
Miguel Cuadrado pudo dar continuidad a la noche gran noche pucelana en Soto de Medinilla. El púgil del CBV salió con la guardia baja, aprovechando su agilidad para poner en aprietos a Santi Alonso, que no quitó la cara en ningún momento, demostrando una entereza que no le valió para llevarse el combate.
La velada corría hacia su recta final con el combate que enfrentó a Antonio Iglesias con Cristian González. El vallisoletano comenzó dando pinceladas de técnica con un punteo rápido y un buen juego de manos. Sin embargo, el gallego reaccionó acorralando a Toñín y haciendo gala de unas energías infinitas que valieron la victoria viguesa a los puntos.
El punto y final de la velada lo puso Salvi ante un pabellón enloquecido ante el combate del púgil del barrio España. Enfrente estaba Juan León Escudero, del New School Fighters, que poco pudo hacer ante un rival que sólo conoce dar pasos adelante. Salvi buscó el costado de Juan para desarmar su guardia, una medicina que surtió efecto, sumado a una pasarela de golpes y el boxeador del CBV terminó llevándose la última victoria de la velada a los puntos.
Fuera de la velada, dos cadetes cerraron la noche. Adrián Cerreduela, alentado por el público, se llevó por puntos, un igualado combate contra el vigués Blanco. Ambos protagonizaron un combate de tú a tú en el que tanto Adrián como Blanco demostraron querer llevarse en el segundo asalto. Sería el vallisoletano quien se llevara el gato al agua poniendo la puntilla a la gran noche pucelana.