Fiesta completa

Cerveza fría porque la temperatura ascendía a más de 20 grados, bocadillo porque a las 12.30 ya se escuchan rugidos estomacales y buen rugby porque era un derbi. Ingredientes sencillos, usuales y muy comunes para el aficionado al rugby.  Todo ello junto y bien mezclado en una mañana ideal en Valladolid. 

Porque Pepe Rojo volvió a disfrutar con el clásico entre los clásicos, con uno de los mejores partidos que se pueden ver en España. Además, había cosas en juego, no muchas, pero el Hermi El Salvador necesitaba la victoria para poder aspirar a la segunda posición, mientras que el VARC Quesos Entrepinares afrontó el choque con inusitada relajación dad su clasificación matemática como primero.

Como siempre, el color y el ambiente estuvo presente desde minutos antes del comienzo, esta vez, con claro predominio blanquinegro, la bandera local del Chami. Y mejor no pudieron comenzar las cosas para la parroquia de casa, ya que el 7-0 inicial tras el ensayo de Pierce y la transformación de Pedro sólo se vieron alterados por un golpe de castigo de Griffiths, únicos puntos queseros en todo el partido. El otro momento de angustia chamiza tuvo lugar al inicio de la segunda parte, cuando los de Diego Merino salieron de vestuarios mucho más intensos y con claras probabilidades de remontar un marcador que se reflejaba un contundente 17-3, pero las buenas acciones defensivas de El Salvador fueron jaleadas con efusividad por su afición.

Una vez pasado el trago, la grada blanquinegra comenzó a disfrutar de una victoria que veían cada vez más cerca y que fue redondeada con un final que emuló lo ocurrido al inicio del choque: ensayo de Pierce y transformación de Pedrito. La alegría y la fiesta que siempre rodea a un derbi fue completa porque ganó el único que se jugaba algo y la hinchada así lo celebró