El rocódromo Las Norias llevará el nombre de Álvaro Paredes
El rocódromo del parque Norias de Santa Victoria se convertirá desde este lunes en el de Álvaro Paredes Izquierdo, montañero vallisoletano que el pasado mes de julio perdió la vida junto con otros dos compañeros cuando se encontraban de expedición en el Himalaya. Al emotivo homenaje, que comenzó con el descubrimiento de la placa conmemorativa por el padre de Álvaro, Jesús Paredes, han acudido familiares, amigos, compañeros de trabajo tanto del Parque de Bomberos de Valladolid como profesores del colegio San Viator, representantes institucionales, así como más de una veintena de niños que fueron alumnos del escalador.
Asimismo, el alcalde de Valladolid, Javier León de la Riva, y el presidente de la Federación de Deportes de Montaña, Escalada y Senderismo de Castilla y León, Javier González, recordaron la figura y la forma en la que Álvaro Paredes sentía este deporte tan exigente.
La filosofía del alpinista también quedará patente en el rocódromo con una de sus frases más célebres estampada en una pared: Hay dos formas de vivir la vida: una es arriesgada, la otra no es vida. Precisamente, esta frase y otras tantas fueron recordadas por el alcalde y el presidente de la Federación.
De la Riva comentó estar obligado a transmitir el valioso testimonio que Álvaro escribió durante su vida, un hombre que vivía todo con intensidad y que asumía riesgos. Y asumir riesgos no es sinónimo de temeridad, sino de ser valiente, arrojado y positivo en las exigencias que impone cualquier reto.
Por su parte, Javier González destacó su faceta de maestro, justamente en una instalación que desde este lunes ha recibido su nombre. Álvaro llevó a cabo un programa de iniciación en el mundo de la escalada entre los jóvenes por el que se desvivió. Por ello, el presidente de la Federación mostró sus deseos de que el rocódromo ya renombrado Álvaro Paredes se convierta en referente, se siga mejorando y sea utilizado por los niños.
Nacido en 1978, Álvaro Paredes además de bombero ejercía funciones de instructor de buceo e impartía clases en el colegio San Viator. En 2010 fue el primer vallisoletano en coronar el Cho Oyu por encima de los 8.035 metros y soñaba con ascender al Everest en 2014. Sueño que se vio truncado este verano, cuando al descender el Gasherbrum I, junto con Abel Alonso y Xevi Gómez, se desorientaron a una altitud superior de 7.000 metros y no fueron localizados por los equipos de rescate.