4-1: Revolución Adri

La Universidad de Valladolid saltó enchufado a la pista del pabellón Fuente La Mora. Desde el pitido inicial puso un alto ritmo de juego que sorprendió a Guardo e hizo que los pupilos de Luisma dieran un paso atrás.

El dominio del balón era local así como las primeras ocasiones de gol. Ya a los dos minutos, los locales habían provado en tres ocasiones al meta Víctor, pero el marcador se mantuvo en el empate inicial. La UVa movía con paciencia el esférico de la do a lado de la pista intentando hallar un hueco en la defensa visitante. Un conjunto que tenía bien aprendida la lección y cerraba todas las posibles fugas.

El choque entonces entró en una fase anárquica en el que los sistemas desaparecieron y solo importaban las individualidades, como la de Moli que en dos contragolpes pudo aventajar a los suyos, pero sus sendos disparos se estrellaron contra la poblada defensa de Guardo. El dominio total era para los pucelanos, pero en el ocho de juego Guardo pudo adelantarse en el electrónico cuando Rubén se encontró un balón muerto en el segundo palo, pero el cierre visitante no supo qué hacer y la defensa local achicó el agua antes de que se produjera la primera fuga.

Eran minutos de desconcierto para ambos conjuntos, pero ninguno de los dos entrenadores quería romper el ritmo loco en el que se encontraba el choque. Los vallisoletanos subieron la línea de presión y también la intensidad defensiva por lo que a falta de siete minutos para el descanso se encontraron con cuatro faltas en contra. Pasaban los minutos y el cansancio hacía mella en las piernas de los jugadores que ya no llegaban tan frescos a las jugadas ni tenían tan claras las ideas de pase.

Chema Rodríguez a seis para el descanso lo vio claro y pidió un tiempo muerto para aclarar todas las ideas y romper la anarquía en el juego. Una vez tomado el aire, los jugadores de la UVa siguieron a la perfección las directrices de su entrenador; elavorar las jugadas y tocar y tocar. Pero el resultado era el mismo.

La UVa tenía la posesión, el control del partido, arrinconaba a su oponente, pero el gol no llegaba. A tres para el descanso las dos escuadras cometían su quinta falta por lo que bajaron un punto la intensidad defensiva. Una acción que tuvo como consecuencia que los metas entraran en acción. Tanto Félix como Víctor cuajaron una gran actuación y el choque entó en su último minuto con las tablas iniciales.

Y cuando los jugadores iban a tomar el tunel de vestuarios llegó el regalo de los regalos. Guardo sacó de banda en propio campo casi en la frontal de área. El balón llegó al meta Víctor que se encontraba fuera de sus dominios y rompió una regla básica del fútbol -nunca dar un pase en horizontal siendo el último hombre-. El más listo de la clase, Fraile, se adelantó a la jugada, interceptó el balón y suavemente lo introdujo en las mallas. Ponía a la UVa en ventaja en el partido, en definitiva, ponía -por lo visto hasta la fecha- la justicia en el marcador dado que sobre la pista solamente había existido un conjunto.

El 7 marcaba la diferencia

Los segundos veinte minutos arrancaron con Guardo intentando dominar el esférico y poner en algún aprieto a la UVa. Pero los locales no querían desprenderse de una ventaja que les había costado conseguir casi toda la primera parte. Los visitantes se estiraron y pusieron contra las cuerdas a los pucelanos que veían como poco a poco su dominio se disipaba.

Los minutos transcurrían sin apenas peligro en ambas áreas hasta que el partido se volvió completamente loco en el 33 de juego. Tanto fue el cántaro a la fuente que Kuin llevó el empate al marcador en una jugada llena de errores por ambos bandos donde el 14 del Guardo fue el que más tranquilidad tuvo para introducir el balón en las mallas.

Pero entonces llegaron los minutos Adri. Sin tiempo para respirar el 7 pucelano se puso el traje de superhéroe y anotó tres tantos casi consecutivos. El primero al aprovechar un pase de la muerte de Ofa, el segundo al fusilar al meta rival desde la frontal y el tercero en un contragolpe llevado a la perfección por Molina que solo tuvo que empujar. En dos minutos el jugador pucelano había revolucionado el choque y dado la tranquilidad necesaria a los suyos.

A dos minutos para el final Luisma se vio obligado a pedir tiempo muerto para intentar quemar la última bala; el portero-jugador. Una táctica siempre arriesgada en la que el conjunto que la usa se juega el todo por el todo. ¿Habría tiempo para la remontada? ¿Guardo encajaría algún gol más? Al final no hubo tiempo para más y los tres puntos se quedaron en Valladolid.

Ficha Técnica

UVa: Félix, Balle, Adri, Ofa y Moli (cinco inicial) También jugaron Leal, Miguel, Mario, Dani, Fraile y Víctor (p.s)

Guardo FS: Víctor, Kuin, Beto, Davicín y Héctor (cinco inicial) También jugaron Chuco, Raúl, Choci, Rubén

Goles: 1-0 (min.20) Fraile, 1-1 (min.33) Kuin, 2-1 (min.33) Adri, 3-1 (min.34) Adri, 4-1 (min.35) Adri