El CBV se impone a la Escuela Javier Castillejo

La excusa esta vez era la visita del campeonísimo  Javier Castilviejo, que al tiempo que venía a dar un clinic de entrenamiento en el club CDO, se hizo acompañar de un aguerrido grupo de miembros de su escuela para enfrentarlos con pugiles vallisoletanos

Lo que está claro es que en el Soto de Medinilla hay que pelear desde le rincón azul. Ni uno sólo de los contendientes colocados en el rincón rojo consiguió la victoria. Por más que el jovencísimo Cristián Molina del Club Boxeo Valladolid, en el primer combate de la noche, parecía que se enfrentaba a un púgil de mucha más corpulencia que él, no tuvo ninguna dificultad para proclamarse claro vencedor del combate.

En el segundo enfrentamiento,entre Héctor del Caño del CBV y el segoviano  Luis García, tampoco tuvo ninguna dificultad el pucelano para deshacerse de su rival al que el árbitro tuvo que mandar una vez a su rincón para la correspondiente cuenta de ocho.

En el tercer combate, de la categoría de hasta 75 kg –este de carácter totalmente vallisoletano-  Francisco de Vicente del CBV pasaportó sin dificultad a Jesús Infante del CDO. De la misma manera que Giorgio García del CBO se deshizo sin problemas de Javier Castañeda del club boxeo  Cabezón XTR.

El ambiente se iba caldeando. Las gradas estaban nerviosas, “Salvi” iba a saltar al ring y Salvi en el pabellón del Soto de Medinilla es sinónimo de “fondo sur” o de hinchada argentina. El refranero popular castellano, que nunca fue muy amable con la raza calé, acusa a los gitanos  de que nunca quisieron a sus hijos con buenos principios, citando el chascarrillo cada vez que una gestión no comienza con demasiado éxito. Para encargarse de romper el falso mito Salvador Jiménez “Salvi” arranca sus peleas como si fuesen a un solo asalto, casi sin cumplir el deportivo rito de chocar los puños antes del primer intercambio de golpes, castigando durísimamente a sus adversarios.

Los espectadores temen que el ímpetu sea consecuencia de su juventud,  que le hará desfondarse antes de finalizar el combate; nada más lejos de la realidad: el arranque del segunda asalto, imaginamos que perfectamente aleccionado por sus segundos, es el de un boxeador sereno y cuajado, pegador y buen esgrimista a la vez  que en el tercer round no tiene ningún problema para doblegar a su contrario. Esta vez ha sido el segoviano Rubén Aparicio, esperemos que “Salvi “siga contando sus combates por victorias, por su bien y por el de  sus deudos y parientes  que no sabemos cómo encajarán las derrotas.

Una velada a 9 combates da para muchos estilos de boxeo De los casi 60 kg de Salvi a los ochenta  y tantos de Manuel Varela que venía de conseguir  el oro en los Campeonatos de España de boxeo olímpico cadete y joven, que se disputaron  en Béjar a mediados de abril. Los comentarios entre la prensa que cubría la información de la velada coincidían en lo poco que nos apetecería estar en el medio de dos moles que se atizaban como si se hubiesen quitado la novia el uno al otro. Al final Varela impuso su mayor calidad técnica.

 Los tres últimos combates enfrentaban a boxeadores vallisoletanos con miembros de la escuela de Javier Castillejo. Héctor Galindo, Miguel Cuadrado (cada vez más fuerte y contundente) y Antonio Iglesias no tuvieron compasión con los tres púgiles que entrenan en el gimnasio de Parla. Lástima que una lesión en el nervio ciático de Roberto Carlos Fernández “Tano” le impidiese participar en esta velada como en principio estaba previsto. “Tano “, que ya piensa en la retirada, sobre todo por motivos labórales, no esconde su ilusión de despedirse con un combate neo profesional. Sería una bonita opción para él y para el boxeo vallisoletano