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Un rally con mucho de humano

15 de Marzo de 2012

“El lado humanitario es el que más nos ha marcado, nos hemos sentido en el papel de los Reyes Magos a la hora de repartir regalos y nos quedamos con ganas de que hubiese durado más”. Con el recuerdo aún presente, Iñigo Ocariz y Mikel Markotegi, los estudiantes de la Universidad Europea Miguel de Cervantes (UEMC) que han participado en el rally solidario 4L Trophy 2012, rememoran una aventura que les llevó a bordo de un Renault 4L a lo largo de 6.000 kilómetros hasta el desierto de Marruecos el pasado mes de febrero.

Ya reincorporados a las clases, los estudiantes de la UEMC de Valladolid participaron en la XV edición de aventura en la que acompañaron a otros 3.000 universitarios europeos y más de 1.300 'Cuatro Latas', con el fin de llevar ayuda humanitaria, juguetes y material deportivo a Marruecos. “Aún nos acordamos de la reacción de los niños al recibir regalos: era una mezcla de alegría, asombro e incluso agobio por no estar acostumbrados a tanta gente”.

“La experiencia ha sido perfecta”, apunta Íñigo Ocariz, estudiante de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte de la UEMC, quien asegura que no tuvieron ningún problema a lo largo del viaje, “salvo algún pequeño contratiempo mecánico que pudimos solucionar”. A lo largo de diez días, el equipo de la UEMC, a bordo de “Piolín”, como ellos mismos bautizaron a su vehículo y fabricado en la factoría de Renault de Valladolid, recorrió el camino entre San Juan de Luz hasta Marruecos, donde llegó a los desiertos del sur del país, repartiendo material escolar, ropa deportiva y juguetes, y colaborando como peones en las diferentes instalaciones de paneles y bombas de agua.

Uno de los aspectos más destacables para los estudiantes ha sido la relación mantenida con el resto de compañeros de aventura, así como “el compañerismo que se podía ver en cualquier rincón del campamento o durante la carrera”. En especial, los universitarios recuerdan “el grupo humano que formaron los seis españoles que participaron en la aventura”. Los estudiantes de la UEMC se volcaron en una aventura que ha supuesto une viaje de estudios “distinto al habitual, con un carácter más humanitario, aventurero y mucho más enriquecedor”.

Acción humanitaria

Aparte esta dimensión humanitaria, el rally consiste en una competición deportiva de varias etapas. En cada una se asignó a los participantes un número máximo de kilómetros a recorrer entre dos puntos, penalizando cada kilómetro de más que se realizase, y completando una prueba de orientación en el desierto. El equipo UEMC logró una posición “bastante aceptable” –la 392 de 1.360–, según los estudiantes, quienes destacan que fundamentalmente han disfrutado conduciendo por parajes muy distintos a los que habitualmente recorren, “disfrutando del coche y de las experiencias en ruta”.

En lo que respecta a la organización, Íñigo y Mikel critican que, a pesar de que estar a la altura de un evento así, “se gasta dinero en cosas que creemos que se podrían dedicar al tema humanitario, que es el principal objetivo”. La ayuda humanitaria se repartió por diversos poblados del norte de África. Durante el recorrido se instalaron, además, paneles solares para que tengan electricidad en sus viviendas y bombas en los pozos que permitan suministro regular de agua.

El 4L Trophy está organizado por un antiguo participante en el París-Dakar, Jean Jacques Rey, que pretende recuperar el viejo espíritu de este rally, con la colaboración de la ESC Rennes (Escuela de Negocios de la Universidad de Rennes en Francia) y la ONG “Enfants du désert”. Frente a los 6 participantes de 1998, en la última edición tomaron parte 1.360 coches y más de 3.000 estudiantes, que llevaron 80 toneladas de ayuda. La mayoría de los participantes son franceses, holandeses, alemanes, ingleses y belgas. Entre todas las ediciones se ha conseguido escolarizar, en buenas condiciones, a 70.000 niños en el sur de Marruecos.