2-0: Decepción en la Nueva Condomina
Fantástico enero, apático febrero. El Real Valladolid cerró frente al Real Murcia un mes muy corto pero nada bueno. No basta en esta competitiva Segunda División con asegurar lo de casa, y el equipo ha tirado por la borda la evolución que había tenido como visitante esta temporada. Ha pasado de ser el equipo con menos derrotas cosechadas en todo el fútbol profesional a ser uno más. Y lo peor es que ha perdido de forma justa tanto en Córdoba como en Murcia. Son estos dos, además, los equipos que le han superado tanto en la ida como en la vuelta.
Hubo sorpresa en el once y jugó finalmente Marquitos de titular. Decía Bueno en unas declaraciones a la Agencia Efe el jueves que él lo que quiere "es jugar partidos seguidos. Intenté aprovechar la oportunidad y ahora habrá que ver si tengo la confianza del entrenador. Si no la tienes estás muerto y no sé si se reflejará este sábado". No está muerto el madrileño, pero sí tocado. Con las bajas de Óscar y Javi Guerra es un golpe anímico importante su no titularidad. El experimento de Djukic fracasó. Marquitos tuvo unos primeros minutos lúcidos en colocación y visión del fútbol que nacía de Víctor Pérez, pero lento en la carrera y en la finalización. Alberto atrapó sin muchas complicaciones la que fue la primera ocasión del Real Valladolid. Poco a poco el ibicenco fue desapareciendo.
Ello, unido a la inmovilidad de Manucho durante todo el encuentro, dejó al Pucela muy mermado en el aspecto ofensivo. Parecía que había kilómetros entre los centrocampistas y los teóricos atacantes. Sisi, anárquico pero el mejor con diferencia, ponía la mecha. Pero un insípido Nauzet la apagaba. Al canario se le sigue esperando, y empieza a quedar bastante menos temporada de la que va. Con 25 minutos cumplidos, Nafti con preocupantes muestras de cansancio- y Víctor Pérez ya estaban amonestados por un Amoedo Chas que perjudicó a los blanquivioleta con un elegante disimulo. La del albaceteño era la quinta, por lo que se perderá el importantísimo partido frente al Celta.
Pero el despropósito total llegó a la media hora de juego, cuando Miguel Albiol puso un centro que nadie acertó a despejar. En la frontal esperaba un vengativo y con razón- Óscar Sánchez, que superó con gusto a Jaime Jiménez. Era el 1-0 y el equipo se veía obligado a remontar. Sin embargo, esa obligación pareció más un suplicio. En ningún momento los de Djukic dieron sensación de poder levantar el encuentro.
Tras el descanso, el equipo hizo un amago de esfuerzo por puntuar en la Nueva Condomina. Poco duró. A los diez minutos de la reanudación, de nuevo Óscar Sánchez, en esta ocasión de cabeza, volvía a marcar. Con el 2-0 tocaba apelar a una heroica que no viajó en el autobús de La Regional a tierras murcianas. Djukic dispuso con poco más de media hora adelante el once que se presumía titular, retirando a Marquitos y sacando a Alberto Bueno. De nada sirvió. El corazón se fue apagando con el paso de los minutos y tampoco la entrada de Jofre revitalizó a los pucelanos. Aquino debutó, como si Djukic lamentase que ya estaba todo perdido.
Las derrotas de Elche y Deportivo alivian el mal, a falta del duelo entre Celta y Almería. Los vigueses viajan en siete días a Valladolid. Ese tipo de partidos son las finales de los modestos.