Turno de los viejos rockeros
Rubén Plaza mostraba en su sonrisa la alegría de todo un equipo. El Movistar esperó al último suspiro para cumplir con las quinielas que le adjudicaban el triunfo en la Vuelta a Castilla y León. "La etapa más dura de la Vuelta con diferencia y, además, con un ritmo muy alto en todo momento. Las fuerzas estaban muy justas pero he tenido la suerte de poder saltar en los metros finales y tener fuerzas hasta el final".
El ganador de la ronda reiteró que "el trabajo de todo el equipo ha sido muy bueno pero no es fácil ganar. A Euskaltel se le criticaba por no haber ganado y aquí ha sumado dos triunfos. Por muy poquito se puede ganar o perder una etapa". Con todo, reconoció que "con los grandes ciclistas que tiene Movistar lo normal es luchar por todos los triunfos posibles".
Rubén confesó que el día antes todo el equipo se acercó al Parador de Cervera para conocer de primera mano la llegada. "Ha sido clave el conocer el final, ya que por ejemplo pudimos comprobar que los últimos 500 metros eran más de falso llano". Además, felicitó a la organización por una etapa sin grandes puertos pero con emoción hasta el final. "El terreno era muy exigente y el ritmo ha sido muy alto. Al final está claro que no depende de los puertos como del ritmo que llevemos"
Por su parte, el incombustible Paco Mancebo se quedó a las puertas de volver a triunfar en su tierra. "Feliz pero decepcionado a la vez. Me he encontrado bien pero el ataque de Plaza me ha pillado un poco a contrapié. Me quedo con lo positivo de que lo he intentado y que el equipo ha podido sumar un segundo puesto de la general".
El abulense quería celebrar el décimo aniversario de su primera victoria en la Vuelta a Castilla y León. "El equipo ha trabajado muy bien para mi y yo tenía que intentarlo". Incluso, no perdía su habitual sentido del humor al reconocer que la tercera etapa era "muy bonita para venir de cicloturista pero muy dura para un corredor profesional. El aire no nos dejó respirar".